Valle de Bravo, Estado de México. Las actividades del Festival de las Almas continúan a todo lo que dan para el disfrute de público nacional y extranjero. En esta ocasión, con una exposición pictórica de artistas radicados en este municipio y un concierto de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM).
El día inició con la inauguración de la exposición “Arte y Alma. El espíritu artístico de un Pueblo Mágico”, muestra que estará abierta al público hasta diciembre de este año en el Museo “Joaquín Arcadio Pagaza”.
En el acto estuvieron presentes la Secretaria de Cultura, Marcela González Salas, la Directora de Patrimonio y Servicios Culturales, Ivett Tinoco García, así como la curadora Mariblanca Navarro.
En esta exposición, el espacio museístico quedó transformado en un conversatorio, en una zona de diálogo entre obras de reconocidos creadores plásticos que radican en Valle de Bravo.
El hilo conductor fue el magnetismo de este Pueblo Mágico, que atrae a los artistas a hacer su vida en este lugar, a construir sus estudios, a relacionarse con la naturaleza, con sus callejones y sus tradiciones, a convivir con otros artistas y exploradores de la cultura, a edificar sus sueños.
En esta exposición, las piezas dialogan y hacen visible el origen que guardan, se revela el trazo o la forma que proviene más allá del artista, que viene de la atmósfera que se respira en este pueblo, oasis cultural que permite la conexión con uno mismo y con la naturaleza, la bohemia, la excentricidad, la introspección y la reflexión estética y filosófica: el sueño del artista.
Por la noche, la OSEM, dirigida por el Maestro Luis Manuel García Peña, ofreció una velada musical que enamoró a las y los asistentes, al interpretar “Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi, así como la “Serenata para cuerdas”, de Piotr Ilich Tchaikovsky.
Ocupada en totalidad, La Velaria fue testigo de por qué la OSEM es considerada una de las mejores orquestas de nuestro país, y es que, con una perfecta armonía, tocaron el espíritu del público con estas obras que han escrito la historia de la música universal.
La OSEM contó con la participación de William Harvey, como violinista solista y, al terminar de interpretar a Vivaldi, regaló al público la melodía “El Triste”, de José José, con la que los asistentes se pusieron de pie y en agradecimiento no dejaron de aplaudir.
También se recordó a Tchaikovsky con “Serenata para cuerdas”, la cual produjo una grata sensación entre el público.