Por Toño García.
“Es el 15 de septiembre una fecha, que todos los mexicanos recordamos con honor, es el día que levantamos la bandera más bonita, es el día que celebramos lo que Hidalgo inicio”.
Quizá con tacos con su salsa cebolla y cilantro, tlacoyos, garnachas, tostadas, flautas, un pozole, un chile en nogada, unos nopales fritos o unos frijolitos en la mesa, cenamos todos juntos y unidos para celebrar el 15 de septiembre, día de la independencia de México.
Este día en todo el país se olvidan de todos los problemas económicos, políticos y sociales, para que en esta noche no solo demos el grito de libertad que caracteriza a nuestro pueblo; también recordar a nuestros héroes que nos dieran las bases para ser la gran nación que somos.
Albureando, echando cuetes, bailando, cantando, recordando, uno que otro de nosotros tomándose algo fuertecito para estar más relajado, pero ante todo ese día en especial nos olvidamos de nuestras diferencias y desconfianzas para abrir la puerta del hogar y compartir lo que haya en la mesa con el que llega sin importar lugar de procedencia de la persona el trato es cálido amable y cordial, característica humana que nuestros gobernantes han intentado destrozar y cambiar por miedo fundado en la inseguridad.
Las plazas cívicas donde por lo general son testigos mudos catedrales con palacios de gobierno, llenas hasta el tope, para escuchar desde el balcón el grito de independencia del presidente o gobernante en turno. Pese a que estas plazas son apartadas para simpatizantes y correligionarios de la autoridad en turno, folclóricamente no dejaron de llevarse el recordatorio familiar correspondiente por tener a nuestro país “patas para arriba”, pero en pleno grito y con el himno nacional se olvidan rencores y pasiones causadas por el mal gobierno y cantamos con el corazón en la mano el himno que nos identifica como hermanos.
“Que repliquen las campanas de Dolores y al compás de los acordes de nuestro himno nacional ¡viva México! gritemos, que aunque estemos como estemos no nos echamos para atrás”.
Desiertos, playas, bosques, selvas húmedas, montañas, volcanes, llanuras e historia son las características que han inspirado a todo mexicano a vivir con pasión y alegría por este bello lugar. No olviden que estas fechas no solo son para gritar como locos nuestra libertad como nación, también sus festejos deben servir para recordar que somos un pueblo grande condenado a la grandeza que desde los Aztecas se profetizaba para todo aquel mortal que viviera en México, al grado que la grandeza de esta canción con José Alfredo Jiménez termina suplantando a la diosa Tonantzin (madre de los mexicanos) con estas estrofas;
“Viva México completo nuestro México repleto de belleza sin igual, esta tierra que es la tierra que escogió para visitarnos la virgen del Tepeyac”.
Estas fechas sirvan para recordar que somo hermanos y que nuestro único enemigo es el que nos divide, nos separa, nos extorsiona y nos quita la esperanza por la cual han muerto miles y miles de compatriotas a cambio de ver esta gran nación como morada de sus hijos y nuestros hijos.
¡viva México!