Por: MVertti
Imaginen un águila enorme saliendo de una maleta, o mejor aún, pasar la noche dentro de ésta, donde encontrarán un espacio tan enorme que podría caber un rinoceronte, o múltiples hábitats naturales.
Todo esto es posible gracias a “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, película dirigida por David Yates y escrita por J. K. Rowling. La historia gira alrededor de un mago llamado Newt Scamander, quien se dirige a Arizona a liberar a un ave, en el transcurso del viaje, se detiene por un momento en Nueva York, donde se encuentra a Mary Lou Barebone, una humana no mágica que asegura que los brujos existen y son peligrosos.
Durante el encuentro con Mary, se escapa una criatura de la maleta de Newt y, al intentar capturarlo, se topa con Jacob Kowalski, un panadero que busca un préstamo del banco. Mientras Newt intenta recuperar a su animal, intercambia maleta con Jacob y se escapan algunas criaturas más.
La película desencadena una serie de acontecimientos donde más personajes se unirán a la historia, como era de esperarse, los Obscurus forman parte de esas criaturas mágicas y harán de las suyas a través de un personaje maltratado por Mary Lou, Creedence, quien gracias a sus raíces mágicas, retoma poder bajo el estrés y la ira.
El film, regala un mensaje oculto entre líneas, basado en la aceptación de lo raro y diferente, ésta pone al público una serie de reflexiones que cada espectador podrá realizar.
