El pasado lunes 9 de septiembre, un violento asalto en el municipio de Jilotepec, Estado de México, culminó con la muerte de un niño de ocho años. Mauricio «N» y su padre se trasladaban desde la comunidad de Llano Grande hacia Aldama cuando fueron interceptados por dos sujetos armados, en lo que aparentaba ser un robo de vehículo.
De acuerdo con los primeros reportes, el padre intentó detener el automóvil para permitir que su hijo descendiera, pero los asaltantes se llevaron el vehículo con el menor dentro. Horas más tarde, tras una intensa búsqueda, el cuerpo sin vida del pequeño fue localizado en una comunidad cercana. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos.
Las autoridades informaron que la familia viajaba en un vehículo Spirit rojo cuando fueron interceptados. La desaparición fue reportada poco después del mediodía, y aunque el padre fue hallado con vida, el paradero del automóvil sigue siendo desconocido.
El director de seguridad pública del municipio declaró en un video difundido en redes sociales que las autoridades han acompañado a la familia en todo momento y que se ha descartado la posibilidad de delitos como trata o secuestro, señalando que todo indica que se trató de un robo violento. «Hemos seguido el protocolo de búsqueda desde el momento del robo y hemos estado apoyando a la familia en el Centro de Justicia», aseguró.
Además, aclaró rumores en torno a la condición del menor, negando que su cuerpo hubiera sido mutilado: «Es completamente falso que el pequeño Mauricio haya sido encontrado sin órganos», puntualizó. La comunidad se mantiene consternada ante el trágico desenlace de este incidente.
