diciembre 23, 2024

¡Sos Grande, Gamboa! ¡Sos Grande!

 

Por Luis Macías

Este es un país de altos contrastes, donde habitan mundos muy distantes entre sí y que trascurren el tiempo prácticamente sin notarse. 

Y es así como se nos revelan imágenes fabulosas en su contradicción, como la de un presidente que sale del país a bordo de un avión de siete mil millones de pesos, para luego aterrizar suavemente sobre las pistas de Inglaterra. 

 

Al mismo tiempo, con sus huaraches, se puede ver marchando bajo el sol y por las calles, a un grupo de padres de familia, que continúan en busca de sus hijos estudiantes, desaparecidos hace cinco meses. 

También, como un discurso para la historia, la imagen de un decrepito líder sindical, que sin ningún rubor ni asomo de conciencia, convierte su ego en un metal con su figura. 

O la imagen precisa de un presidente municipal que celebrando su cumpleaños levanta una falda y se sirve un millón 200 mil cervezas, 50 reses y la banda El Recodo.

Pero es posible que la más elocuente de todas haya ocurrido en el interior del honorable Senado de la República. 

Allí, un grupo de representantes populares, porque eso es lo que son, decidieron sumarse a las políticas de austeridad, necesaria ante la actual crisis económica y reducir su salario. Aplausos.

Así, pasaron de ganar, hasta donde es público, 117 mil 600 pesos mensuales a sólo 117 mil 500 pesos. Su generosidad es infinita. Más aplausos y una porra.

Se piensa que la decisión no se tomó fácilmente, ya que las alas más conservadoras del Senado, a través de sus mejores cabilderos, empujaron con fuerza para que el descuento no fuera de cien pesos sino de solo 50. 

Sin embargo, las cuasi socialistas posiciones de izquierda, como siempre dieron la pelea para que ello no ocurriera, sobre todo en estos tiempos de austeridad y de pobreza, por lo que demandaron, con amenaza de encadenarse a una sucursal bancaria, de plantones y bloqueos en Reforma, que el descuento fuera mucho mayor, digamos de unos 150 pesos.

Afortunadamente, nos dicen, la política se impuso y el buen oficio conciliador de las posiciones de centro, consiguieron mediar entre ambas posturas, ya radicalizadas para entonces, y se determinó que el descuento a los salarios fuera de cien  pesos al mes. Ovaciones. Vítores y loas. ¡Sos grande, Gamboa! ¡Sos Grande!

Y esta imagen, imaginada de un apretón de manos entre los representantes populares, mostrando sus sonrisas de estadistas, es los que nos queda. Hasta la vista. 

 

         

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