Primero fue Alfredo del Mazo y más recientemente José Antonio Meade quienes prometieron que en el estado de México se daría más seguridad a las mujeres ante la serie de desapariciones, muertes y asesinatos que se han registrado contra este grupo poblacional, la realidad es que más mujeres siguen desapareciendo a diario.
Este miércoles, familiares y amigos de una joven estudiante de puericultura María Angélica Sotero García acudieron a la fiscalía general del estado para presionar a las autoridades a que hagan su trabajo y localicen a la menor de escasos 17 años y quien desapareció luego de acudir al lugar donde hacia sus prácticas profesionales como puericultista.
La joven lleva ya más de un semana que sus familiares no saben nada de ella y las autoridades solo especulan que se pudo haber ido con el novio, pero sin mostrar ninguna evidencia que lo sustente.
“No puede haber una sola niña o una sola mujer que siga saliendo preocupada de su casa, que le preocupe que su integridad sea vulnerada, que se le falte al respeto. Tenemos que tener en el Estado de México y en el país cero tolerancia a quien le falte el respeto a una mujer”, decía el pasado 17 de diciembre el precandidato priísta a la presidencia de la república José Antonio Meade en tierra mexiquense.
Hoy esas palabras suenan huecas a la familia de la joven, de esa joven que no tenía novio, que se reportaba todos los días con su madre y que quería seguir estudiando para poder en el futuro formar una carrera, hoy el futuro simplemente parece no existir, y las promesas vanas parecen no cesar. Así es el estado que siempre ha gobernado el PRI. Ese donde las mujeres desaparecen un día si y el otro también. El estado donde prometen salario rosa pero no pueden prometer una vida para vivirla.
