Con gran amor, dedicación y esmero, la señora Magdalena Alvarado Mendoza, del municipio de El Oro, elabora, desde hace 25 años, bellas esferas navideñas de vidrio soplado, que son motivo de orgullo para los habitantes de este Pueblo Mágico del norte del Estado de México.
A diferencia de muchos artesanos, cuya tradición ha sido heredada por sus padres y abuelos, Magdalena, sin mayor formación artesanal, decidió acercarse a Don Francisco Mora, uno de los productores de esferas más reconocidos de Tlalpujahua, Michoacán, municipio vecino de El Oro, con quien aprendió a realizar las distintas formas, como las clásicas esferas redondas, chimborros, gotas, ángeles, campanas, cisnes y bastones, entre otras.
Motivada por una gran curiosidad y atraída por la belleza de estas piezas propias de la tradición navideña, consiguió, en corto tiempo, aprender los secretos de una actividad milenaria que en China se desarrolla desde hace más de 2 mil años y que a México llegó en el siglo XVII, como parte de los festejos navideños católicos y del proceso de adoctrinamiento religioso español.
Señala que para ella es un gran orgullo preservar la tradición de la esfera navideña artesanal de vidrio soplado, especialmente en un entorno en que cada vez es más difícil competir con las industrias nacionales y extranjeras que emplean procesos automatizados.
“Tener que decorar, transformar, diseñar para mí es un orgullo poder elaborar la esfera que va a llegar a todos los hogares, no nada más es aquí, no, darle alegría a un hogar, a muchos hogares, aparte esta esfera está hecha con mucho amor, los decorados, así se me repitan miles y miles de veces un sólo decorado para mí es una gran satisfacción saber que toda esa esfera va a llegar a hacer felices a la familia o a los niños”, comenta.
Magdalena Alvarado ha conseguido, además, dar empleo a otras mujeres de El Oro, quienes se han contagiado por el cariño hacia esta noble actividad y han adquirido los conocimientos y habilidades para realizar sus propias creaciones, que las hacen sentir muy orgullosas.
Explicó que el soplado es el primer paso del proceso en el que se da la forma a la esfera con sopletes, gas y aire; posteriormente se realiza el plateado, que consiste en bañar el interior de las piezas con nitrato de plata y un reactivo a base de azúcar y agua caliente.
Finalmente, pasan al proceso pintado y decorado, mismo que se realiza “pieza por pieza”, para lo cual sus creadoras ocupan lacas brillantes y mates en tonos pastel y también colores intensos, thiner, pegamentos, anilinas y diamantinas.
Apoyada por su entusiasta equipo de trabajo, Magdalena produce entre 80 y cien mil esferas al año, producción que inicia con el soplado durante los meses de marzo, abril y mayo.
La mitad las comercializa a través de diferentes clientes mayoristas y, el 50 por ciento restante, las desplaza por venta directa al menudeo a los miles de visitantes que cada año acuden a este Pueblo Mágico en busca de piezas únicas elaboradas artesanalmente.
“Yo los invito a que hagan conciencia, y que sepan que tiene mucho valor esto y más que nada se llevan un amor aquí impregnado, una energía a su hogar, una energía positiva”.