Por: Nicolás Gochy
Hace algunos años, decenas de animales solo conocían una vida al interior de los circos donde habían sido comprados y que a punta de latigazos y maltratos, los obligaban a trabajar durante años y años hasta que murieran de hambre, de enfermedad o de violencia notoria.
Luego llegó la ley que pretendía protegerlos y prohibió que los animales salvajes participaran en espectáculos circenses para, decían los legisladores, darles una mejor calidad de vida, lo que la ley y sus hacedores olvidaron fue el poder ordenar cual sería el destino de los animales “protegidos”.
Así, de la noche a la mañana, y ante una completa ignorancia de los legisladores, cientos de animales se vieron abandonados, relegados, olvidados y tirados a su suerte. Pero fue ahí, cuando un grupo de jóvenes amantes de la vida, de la propia pero sobre todo de la ajena, decidieron abrir, con sus propios y limitados recursos, un albergue para proteger y en muchas ocasiones salvar a los animales indefensos que la ley había dejado en el abandono.
Fue así como surgió la Fundación Recica (Rescate de circo y cautiverio) y poco a poco, mucho más rápido de lo que ellos incluso esperaban, el albergue fue llenándose de animales de todo tipo, así, de repente, los jóvenes se vieron entre leones, tigres, jaguares, hienas y hasta un oso que fueron convirtiéndose en sus nuevos mejores amigos.
Ahora, ellos los mantienen, los cuidan, los protegen de las enfermedades, se dejan usar como juguetes por los grandes felinos quienes responden con todo tipo de caricias hacia las personas que arriesgándolo todo, optaron por darles una nueva vida, y dejaron de lado y desterrada la amenaza que sobre ellos estuvo latente de una muerte segura en algún predio baldío donde hubieran terminado.
Ellos y quienes han optado por compartir con ellos la alegría de poder rescatar a estos animales no solo de los circos sino también de las manos de personas que siguen pensando que un animal salvaje es la mejor de las mascotas, saben que aún falta mucho por venir. 
No tienen muchos recursos, la solidaridad es la que ha logrado generar muchas cosas, y es que tienen voluntarios para casi todo, desde los que pueden aportar algo de dinero semanalmente para comprarles comida y medicinas a los animalitos, hasta los que dedican un par de horas para la limpieza de sus hogares, la limpieza de este que sin duda es su último refugio.
Pero no solo te puedes quedar en la lectura de esta nota, si quieres apoyar, los jóvenes que integran RECICA con gusto te pueden ayudar a sacar lo mejor de ti.
https://www.facebook.com/fundacion.recica/
https://www.recica.org/
Por cierto, los animales a pesar de ser los más salvajes que pudieran existir y que infundían miedo, hoy por hoy responden como solo ellos saben hacerlo, si cuando estés trabajando entre ellos de repente uno se te sube encima, no creas que te quiere comer, quiere que como todos los demás, puedan jugar un buen rato. Al final del día, solo son animalitos que quieren cariño, y que hoy lo en encuentran en una zona del estado de México.
Te animas?
