Alguien lo tenía que decir
Por: Nicolás Gochy
Todo está listo, por lo menos en el papel, para que el próximo enero, los alumnos y maestros del sistema público de educación en el estado de México regresen a clases, pase lo que pase y haiga sido como haiga sido.
Y es que al gobierno mexiquense le urgen estar en la normalidad, no por los aspectos económicos que llevarían a cualquier gobierno a sacar adelante a sus habitantes, sino porque el próximo año, se llevarán a cabo elecciones y a nadie le conviene no poder hacer campaña, no poder entregar dadivas y muchos menos entretejer todo para poder coaccionar el voto y tratar de menguar la fuerza de Morena en la entidad.
Por ello el regreso a las clases presenciales es ya un hecho hasta este seis de octubre del 2020 pues ya así se les ha informado a los maestros, sobre todo los administrativos que operan para el sector educativo estatal.
Los priistas saben que sin campaña, la situación se les pondrá sin duda difícil, por lo que para el próximo enero, los menores y sus maestros tendrán que retomar las clases estén o no estén dadas las condiciones para evitar más y más contagios.
Y es que desde ya la estrategia está más que planeada y los priístas harán uso de todo lo que conocen y dominan para poder llevar votos a sus urnas.
Ahora es posible ver que los grupos de priistas están trabajando a marchas forzadas, recopilando credenciales de elector, definiendo a quienes se les podría doblegar en sus querencias hacia Morena y volverlos al camino tricolor, identificando quien los sigue queriendo aunque enarbolen las banderas morenistas.
Desde mi particular punto de vista, solo un falto de visión podría asegurar que todo está perdido para el PRI, no hay maquinaria electorera más importante y bien aceitada que la de ellos; dinero tienen, mañas las han mejorado, y sobre todo son organizados, muy organizados.
Eso, los morenistas deberían de saberlo, pero también deberían de saber que el hecho de que Andrés Manuel ya no sea el ídolo querido por todos, les va a pesar y muy fuerte.
No es lo mismo tener dinero y no saber utilizarlo, que tener dinero y sin duda saber en dónde, a quién, cómo, de a cuánto y con qué frecuencia repartirlo.
Hoy Morena ya no tiene el efecto Andrés; ya no tiene el beneplácito de muchos de los ciudadanos que han cambiado sus preferencias ante un Mesías que quedo corto ante la realidad mexicana.
Andrés llegó, pero sin duda le esta costando mucho mantenerse, la realidad lo está apabullando, las manifestaciones no cesan, las inconformidades de quienes antes lo vitoreaban hoy no le dan tregua en palacio de gobierno.
Por ello y sea como sea, los niños mexiquenses y sus maestros regresarán en enero próximo a las aulas, no para salvar el ciclo, para poder salvar al PRI en lo que sin duda, será una lucha muy fuerte, quizá la mayor de todas las batallas y de la cual resurgirá como un ave Fénix, un poco impulsada por ellos mismos y un mucho por lo que Andrés prometió y no pudo cumplir.
Hoy por hoy ser el candidato del PRI a cualquier alcaldía no necesariamente significará la derrota por anticipado, pero llevar las siglas de Morena a la batalla electoral no será tampoco el escudo infranqueable que muchos aspiran obtener.
Los priístas si saben a lo que se enfrentan, van a contratar a la gente que si sabe, van a dar la batalla con todo lo que sea necesario, saben que las elecciones se ganan con materia gris, Morena sigue apostándole al apasionamiento, ese que sin duda ser vera colapsado cuando la realidad les llegue a miles al perder empleos, familia y futuro.
Un virus, ese que Andrés ha despreciado durante toda la pandemia lo acabará…