diciembre 25, 2024

Recuerda Edoméx a Fernando Cano «el escultor de fuego» en el marco de su natalicio

Recuerda Edoméx a Fernando Cano «el escultor de fuego» en el marco de su natalicio

El territorio mexiquense es cuna de grandes artistas plásticos que han dejado un importante legado cultural que impulsa a jóvenes generaciones y que, además, embellecen la ciudad con espacios que dan cabida a sus obras; tal es el caso del escultor Fernando Cano.

Este 29 de mayo, el mexiquense, nacido en el Pueblo Mágico de El Oro, cumpliría 79 años de genialidad, y para recordarlo la Secretaría de Cultura y Turismo reconoció su talento, dedicación y, sobre todo, el ser tan humano que fue.

Cano fue un creador incansable que, desde muy joven, descubrió su gusto por trabajar con el acero, esta pasión nació de su necesidad de trabajar como plomero en una fábrica de dicho material para ayudar a sus padres, así, en los oficios de la plomería y la herrería descubrió en el hierro la fuerza y el color del metal que le inspiraron para forjarlo y crear piezas de gran formato o monumentales.

Marthel Cano, viuda del maestro, compartió que Fernando “laboró por primera vez la escultura en hierro forjado en el taller de la actriz Esther Fernández, donde se inició su carrera alrededor de grandes artistas como Jorge SatayoKaminsky y Pedro Cervantes”.

El maestro Cano se caracterizó por trabajar la figura humana, “la hizo académicamente linda, perfecta, un poco estilizada de cuerpos femeninos. De esa manera, se animó a tomar clases en la Escuela Nacional de artes plásticas La Esmeralda”, donde tomaría como técnica definitiva la del hierro forjado y soldado.

Fue conocido como “el escultor de fuego” porque manejó el metal usando el yunque y golpeando con el martillo que le daba posibilidades de dar formas muy ligeras porque él siempre explicó que era como forrar un elemento invisible.

“Imagínense una mujer invisible y después la forras de pedazos de metal y le da la forma”, dijo Marthel, a la cual después le pudo adaptar quemadores internos y eso hacía que la escultura no sólo se compusiera de metal sino de fuego que nacía a partir del vientre y se llenaba de fuego al rojo vivo que ofrecía un espectáculo visual impresionante, con lo que revolucionó la característica de la escultura, dándole la vida con fuego.

Cuenta con más de 120 exposiciones colectivas, más de 150 de la obra monumental, 60 de obra pequeña, “en la época de mayor producción hacía a veces una a la semana, trabajó casi 60 años”, refirió su viuda.

Uno de los espacios más importantes para el maestro era su taller, donde laboró 36 años, ubicado en el Cerro de El Calvario, en Toluca, lugar donde también fue docente de jóvenes universitario que buscaban aprender de su trabajo poniendo a su servicio sus propias herramientas para trabajar.

“En sus obras transmitía todo tipo de emociones y fue ejemplo de trabajo tenaz en la labor artística, de la cual no hizo un hobby, sino un trabajo cotidiano”, dijo, al tiempo que pidió al público que no olviden que existió un Fernando Cano, pues vale la pena conocerlo y recordarlo por su trabajo.

         

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