Por Toño García.
Este año será fundamental para todos nosotros, pues los ciudadanos elegiremos en la Republica a alcaldes en diferentes municipios, en algunos estados a las cámaras de diputados locales, gobernadores, la cámara de diputados federal, el Senado de la Republica y la Presidencia de México.
En la persona de Enrique Peña Nieto, emanado del PRI y del llamado grupo Atlacomulco, ha recaído en cinco años la representatividad y el ejercicio de poder ejecutivo que implica la envestidura presidencial, aquí cabe una pregunta ¿ustedes consideran que a llevado al clímax de la degradación a esta envestidura por sus acciones?
La reforma educativa donde se pretende cobrar a los padres por los servicios básicos para la educación de nuestros hijos violando claramente los principios del artículo 3ro. constitucional “laica, pública y gratuita”, el gasolinazo, la violencia e inseguridad en este país, el enriquecimiento ilícito de sus colaboradores, la relación de huachicoleros con funcionarios públicos de primer nivel, la sorprendente fuga de un narco y su repentina captura, los claros desplantes de Donald Trump hacia el presidente de la Republica y sus mensajes claros para que se atienda las necesidades del pueblo de México para que no mueran sus migrantes en la frontera, las obras multimillonarias que se caen y sus nexos con los “moches”, el principio de privatización del petróleo, la explotación de empresas extranjeras del subsuelo, nuestra diplomacia que era un ejemplo mundial a seguir “hoy” esta en los suelos por su subordinación al facto internacional; a todo, el toque humorístico consecuencia de la ignorancia que tuvo el presidente en diferentes actos oficiales.
Todo lo anterior logrado gracias a una maquinaria burócrata de altos funcionarios públicos y a la complacencia en el congreso federal del PAN, PRD, PES, NA, MC y la corrupción que acompaña el trasfondo de muchas acciones.
Como resultado tenemos a una sociedad ¡harta! donde ya no quiere participar para ejercer su voto por la falta de confianza en el político, una juventud alejada de practicar y conocer los principios solidarios que emergieron de la independencia y revolución de este pueblo, represión en activistas sociales y una clara desconfianza social en el llamado por los expertos “el primer círculo de seguridad”; todo esto será controlado a placer de quien tiene el poder con la llamada “ley de seguridad interior”. A todo esto, sumamos la especialidad que tienen los políticos para hacer que “nos odiemos unos a los otros” y en base a la calumnia generar una división en nuestro pueblo.
Es momento de no caer en el error que los ciudadanos nos vimos en el 2006 y el 2012, por un lado, unas elecciones colmadas de odio y división, y por otro lado, el cinismo de aprovecharse de la creación del mal gobierno, comprando el voto aprovechándose de la pobreza para llegar al poder.
Debemos entre nosotros tolerar nuestras propias diferencias para lograr el objetivo común de vivir en un México mejor para todos. Aprovechar estas fechas llenas de buenos deseos y abrazos para así llegar a la elección presidencial del 2018, sin odio, sin rencor, lo necesitamos todos por el bien de todos. También tenemos una responsabilidad con nosotros como personas, con los seres queridos, con nuestro trabajo, con nuestra comunidad, con la responsabilidad de dejar un mundo mejor a nuestros hijos llego la hora de reflexionar.
¿Qué queremos en el 2018 para México?