Poco a poco, los participantes de la 13ª marcha del orgullo gay comenzaban a llegar al punto de reunión que se había fijado para llevar a cabo esta tradición ya muy arraigada entre la comunidad, tanto la que marcha como la que observa.
Así, todos y cada uno de los participantes fueron acercándose para iniciar una marcha que por su singularidad es adorada por muchos y aborrecida por otros tantos.
A pie, subidos en camiones, ataviados con sus mejores vestidos y ropa casual, cientos de integrantes de la comunidad LGBTTTI cruzaron por varias calles de la zona centro de la capital mexiquense llamando la atención de miles de personas que se encontraban en la zona y que admiraron el orgulloso desfile.
Pero como en las otras ediciones, no solo los integrantes de la comunidad marcharon por las calles, también lo hicieron cientos, sobre todo de jóvenes, que se solidarizaron con las personas que aún y pese a los avances que se han logrado en la tolerancia, siguen siendo presas de crímenes de odio sin que aun el estado los quiera proteger.
Así, durante varias horas, cientos de banderas de la libertad con sus seis colores recorrieron las calles de una ciudad que si bien no se ha logrado acostumbrar del todo a este tipo de manifestaciones, ya por lo menos no los agrede tan evidentemente luego de hacerse visibles.