Malinalco
Aún con el recuerdo fresco, el aroma en la ropa y la esencia en cada objeto personal, decenas de familias del municipio de Malinalco montan la primera ofrenda a sus fieles difuntos, una tradición qué ya forma parte de las celebraciones de Día de Muertos y que reúne a miles de visitantes.
Esta tradición, consiste en montar la primera ofrenda a las personas que murieron durante el transcurso del año; las familias abren las puertas de sus casas a todo aquel que quiera entrar a ver los altares que con gran esmero, amor y una enorme nostalgia se montan por primera vez.
Por cada ofrenda,las familias que colocan sus fotografías y cada gusto de sus difuntos, esperan que cada visitante traiga consigo una vela, a fin de llevar luz a su camino, a cambio, estas personas no solo ofrecen una fruta o tamal, sino también mezcal, dulces y otros presentes.
“Ellos traen una veladora y nosotros les damos una recompensa, les ofrecemos pan, agua, tamales, algo que hayamos preparado lo que se pueda ofrecer y esa vela, les trae luz a nuestras personas, a nuestros seres queridos” señaló Concepción Echeverría, quien este año, montó la primera ofrenda a su esposo.
José Jorge Juarez Robles, murió el pasado 7 de enero de un infarto, hombre impecable, amigo y esposo que a pesar de su ausencia física, su casa sigue conservando su olor. “Si lo hubiesen conocido estarían llorando igual que yo”, dijo su viuda, quien a reunido decenas de velas.
En su ofrenda, se trató de representar el cielo y algunos de los platillos que más le gustaban. Para estas familias, montar esta ofrenda es un homenaje a la memoria de sus difuntos. Actualmente las calles de Malinalco lucen ofrendas de grandes tamaños y de acuerdo al ingenio de cada familia