Alguien lo tenía que decir
Por: Nicolás Gochy
No ha salido de una y el rector universitario Jorge Olvera parece estarse metiendo en otra y en esta ocasión nuevamente a jugar con el patrimonio y la salud de muchos de los universitarios que tienen contratados seguros de gastos médicos colectivos por parte de la máxima casa de estudios.
Y es que de acuerdo a los reportes que se tiene, desde hace varios años, la Universidad Autónoma del Estado de México ha adquirido para sus funcionarios, trabajadores e incluso maestros un seguro de gastos médicos mayores que por ser contratado en volumen les permite obtener primas mucho más accesibles.
La Universidad hacia esta contratación con descuentos directos a la nómina de sus trabajadores quienes disfrutaban de un estímulo a su calidad de trabajadores universitarios pues muchos de ellos incluso hacían uso recurrente de este seguro que se les ofrecía como una contraprestación a su desempeño.
El problema ocurrió este año cuando una “brillante” decisión administrativa ha colocado a cientos de trabajadores de la máxima casa de estudios mexiquense en una completa indefensión en cuanto a sus seguros de gastos médicos.
Detallando pues resulta que la empresa que había sido contratada hace ya varios años para brindar el servicio de aseguradora en este aspecto, al tener varios años dando el servicio estaba ya cubriendo enfermedades incluso crónicas que presentan algunos de los servidores públicos.
Esto significa que los funcionarios o docentes que presentan cuadros de diálisis, afecciones cardiacas, diabetes, incluso cáncer o VIH tenían ya derechos generados para poder, a través de su seguro médico, recibir los servicios necesarios con cargo a su seguro.
Pero ahora resulta que la universidad renovó el seguro de gastos pero lo hizo tres meses después y con otra compañía lo que significa que la nueva aseguradora, iniciará dándoles la cobertura, pero solo en el rango básico y todos aquellos que ya tenían estudios y tratamientos programados, ya no podrán tener el beneficio de los seguros y tendrán que pagar estos con sus salarios a pesar de su descuento vía nómina.
Mal y de malas sin duda el rector universitario quien parece que tendrá que soportar sobre sus espaldas por lo menos durante su último año de gestión una severa carga de señalamientos de negocios mal ejecutados, desviación de recursos y uso faccioso del dinero público que recibe la universidad.