Durante muchos años vendió carros nuevos como gerente de una agencia de automóviles en Toluca, o hizo hasta jubilarse, pero de unos años a la fecha, se ha dedicado a cultivar su pasión los autos pero ahora con el suyo propio, un Volkswagen sedán que durante los últimos tres años lo ha modificado, lo ha adornado con lo que mucha gente piensa que es basura pero en el que cada pieza es un recuerdo, un triunfo o simplemente un gusto.
Equipado con un rack para cargar equipaje, con un triciclo antiguo que le costó poco más de mil 500 pesos y un par de dispensadores de tequila y whiskey que resurte cuando sea necesario dependiendo de la sed y de la cantidad de amigos que lo acompañen.
Elk se llama Eduardo Verduzco, tiene un taller que denominó La Cochera de Verduzco y donde cada semana le mete mano a su automotor para hacerlo diferente, más atractivo, más deleitable y sobre todo hacerlo su fiel compañero que hasta enfermedades le aleja.
“Si no buscas un hobbie te lleva la calavera” aconseja don Eduardo quien con esa idea en mente se mantiene ocupado y con ello asegura, aleja cualquier tipo de enfermedad, pues a pesar de ser parte de la tercera edad, el sigue sintiendo la adrenalina de conducir su vehículo por la ciudad y ser el foco de atención en su coche estilo rat rod vw.