Este año, el municipio de Metepec rinde homenaje a sus tradiciones y leyendas con una monumental ofrenda inspirada en la figura de la Tlanchana. Esta emblemática representación de la muerte, basada en la leyenda de la sirena de agua dulce que habita en una de las nueve lagunas de Chignahuapan, fue elaborada con técnicas de cartonería y ocupa un espacio impresionante de 7.32 metros de ancho y 41 metros de largo, superando en 15 metros la longitud de ofrendas anteriores.
La monumental ofrenda estará enmarcada por un tapete de elementos tradicionales como flor de cempasúchil, hierbas aromáticas, piedrín, y frutas y verduras de temporada. Diversas dependencias del Ayuntamiento de Metepec se sumarán a la decoración con piezas de barro, entre ellas esqueletos, jarros y sahumerios de copal, elementos representativos de esta festividad.
En un esfuerzo por fomentar la participación ciudadana, el municipio organizó talleres de cartonería en diferentes escuelas de Metepec hace dos meses, incentivando a los jóvenes a plasmar su creatividad e inspiración en personajes históricos y culturales. Este esfuerzo resultó en la creación de más de 700 tumbas de cartón elaboradas por alumnos de diversas instituciones educativas, incluyendo Cecytem Metepec, la Primaria Cuahutémoc, la Primaria General Guadalupe Victoria, CBTIS 203, CBT2 y la Secundaria Oficial 84. Cada una de estas tumbas refleja el talento y compromiso de los estudiantes hacia la preservación de nuestras tradiciones.
La inauguración de esta ofrenda estará acompañada de un desfile encabezado por Batala, un grupo de percusión brasileña dirigido por Adrián Sánchez. Desde las escalinatas del Calvario hasta el panteón municipal de Metepec, el bloco interpretará ritmos vibrantes de Salvador de Bahía. El recorrido incluirá la narración y escenificación de leyendas mexicanas, como la de la Tlanchana, el Charro Negro y la Llorona, invitando al público a revivir y celebrar las tradiciones que han dado identidad a México a lo largo del tiempo.
Con esta monumental ofrenda, Metepec no solo honra a sus antepasados, sino que también fortalece el lazo comunitario, integrando a las nuevas generaciones en la preservación y difusión de las tradiciones culturales que nos identifican.
