Por: Nicolás Gochy
Pocos meses al año es tan conveniente viajar por los caminos del sur mexiquense, el transitar por la carretera de Tenango hacia Ixtapan de la Sal además de la relajación que nos provoca, nos puede deslumbrar con miles y miles de flores que están a la diestra y a la siniestra de nosotros, flores de muchos colores, aun están en los sembradíos mexiquenses en espera de llegar en breve a los altares mexiquenses.
Cruzar por los pobladores de San Francisco Putla, Balderas, o Pueblo Nuevo en el municipio de Tenango del Valle, nunca ha sido tan atractivo, y tal vez hasta el próximo año lo será.
Cientos y cientos de hectáreas están a la espera de ser cosechadas y que las flores de Nube, Aleli, Polar, Crisalia y Gladiola puedan comenzar así su viaje final a los mercados estatales y poder adornar una de las miles de ofrendas que seguramente se pondrán en los hogares mexiquenses.
Los floricultores saben que esta es su mejor temporada, para ello han trabajado todo el año, es la tradición más arraigada entre el pueblo mexiquense y mexicano, los ramos de 10 hasta 30 pesos y los de cempasúchil que se cotizarán este año hasta en 50 pesos el amarre les harán pasar una temporada con sus muertos pero disfrutando sin duda a sus vivos.