Por: José Óscar Valdés Ramírez
Es importante saber cómo nos ven en otros países para poder analizar la perspectiva de nuestra Nación.
Me invitaron a dar un par de conferencias en la Universidad Complutense y en la Universidad de Salamanca, ambas prestigiadas universidades en España, en esta última, se encontraba una Universidad huésped, la Universidad de Eőtvős Lorànd mejor conocida como Universidad de Budapest -ELTE-, ahí tuve entrevistas enriquecedoras con jóvenes inquietos.
La imagen de México no es la más óptima, nos ven como un país donde la corrupción y la impunidad imperan, donde el narcotráfico es el que manda, esto es en gran parte por las administraciones del PAN y el PRI, que no castigaron a nadie, dejaron que el narcotráfico sentara sus bases en un narcogobierno, abundando las series de Netflix sobre el caso Colosio que es donde empezó el deterioro del país.
No hubo argumento que valiera, piden justicia, hablan de un cambio de gobierno que trae expectativas muy altas, y esperan que se termine el régimen de impunidad y corrupción. Les dije -a los jóvenes que en su mayoría son menores de 30 años-, que debemos recordar cómo era México y cómo es ahora, un gobierno que gobernaba con los amigos y que cada sexenio nos regalaba sendas devaluaciones con los cambios de la administración.
Cuando llegó Vicente Fox del PAN no hubo devaluación, fue el primer cambio donde no se devaluó la moneda. De ahí para atrás, en todas las administraciones del PRI -sin falla- nos regalaban devaluaciones dolorosas e incremento en los precios.
Carlos Salinas le quitó tres ceros a la moneda o estaríamos casi a 19 mil pesos por dólar.
López Portillo con su «Defenderé el peso como un perro», Miguel de la Madrid con su «renovación moral», Salinas con sus tres ceros y Ernesto Zedillo con su «error de diciembre», cada quien tiene lo suyo. En México el Partido Revolucionario Institucional destrozó y saqueó el país.
El PAN llegó a enriquecerse y, fiel a la dupla PAN-PRI, consumaron su alianza perversa con un mal llamado «Pacto por México».
Los jóvenes no recuerdan porque no lo vivieron, tal es caso de Hungría en 1989, cuando se independizó; esto tiene 30 años.
Los jóvenes que asistían a mi conferencia crecieron ya en la democracia, no conocieron su historia, así pasa con México, los jóvenes no recuerdan las devaluaciones brutales del PRI en contubernio con el PAN.
En Hungría después de la ocupación de la Alemania Nazi -recordemos que se alió con Hitler a cambio de que le regresara parte de los territorios que le fueron arrebatados, después Hungria quiso jugarle chueco a los alemanes y estos invadieron, asesinando al hijo del entonces gobernador-.
Después, los liberaron los rusos, no se sabe si fue más caro «el remedio que la enfermedad», pues del nazismo pasaron al comunismo.
El último día de la ocupación nazi ,antes de entregarle la ciudad a los rusos, estos masacraron a los judíos en el Danubio, por eso está ahí el Museo de los Zapatos, a la orilla del río. El comunismo marcó a los húngaros, les impuso hasta el idioma, en el comunismo pensar diferente es un delito, sólo se debe callar y aceptar lo que diga la autoridad.
Se abrió recientemente un museo en las instalaciones que ocupó la Gestapo de los nazis para que los jóvenes aprendan historia y vean lo que pasó, que vean las barbaridades de un régimen comunista, que fue peor que el nazismo, pues también desaparecía a los que hacían oposición, así en Hungría.
En nuestro país, las series de Netflix enseñan un México violento en contubernio con el narcotráfico sin que permita el gobierno opinar.
Debemos cambiar la imagen de corrupción ganada a pulso, es doloroso escuchar que en México no se castiga nada, que todos roban y el gobierno los protege, nuestra imagen es pésima. Confío que esta administración haga un cambio, “Ni perdón ni olvido», la ley no se negocia. También sería interesante que los jóvenes conocieran cómo fue el comunismo, sin romanticismos, el mundo hoy va al populismo pues fracasó el neoliberalismo
México debe tener cuidado, el referente es Brasil, la corrupción permeó el partido de Lula y ahora gobierna la ultraderecha, el pueblo da bandazos esperando que un gobernante lo salve.
Me decía un maestro de Budapest: Hay hombres que no necesitan accionar un arma, simplemente sus decisiones matan a millones.
La solución para México existe, una nueva Constitución, una separación de Poderes, no una división de facultades, los grandes movimientos sociales se gestaron por la impunidad.
Hungría tuvo 15 revoluciones, ninguna tuvo éxito todas fueron aplastadas, México tuvo una, con más de un millón de muertos y nos legó la Constitución de 1917. Hoy necesitamos una Constitución nueva con contrapesos reales, no más modas sexenales, necesitamos un país de leyes fuerte y un Estado soberano con un Poder Judicial independiente.
Les dije a mis escuchas: “Si arreglamos el Poder Judicial, arreglamos todo», terminé con un homenaje al Fenrec Puskás -el ídolo de Hungría venido a menos por una decisión política pésima, acabó con el ídolo de un país-.
Me quedé reflexionando después con el maestro de Derecho Húngaro, ¡qué terrible es que nuestros gobernantes tomen decisiones que nos pueden cambiar la vida sin soltar un tiro!
Hungría es muestra de ello y nuestro país con el PAN y el PRI, no canta mal las rancheras. No más decisiones de un solo hombre, no más corrupción, no más impunidad… ¡No más!
Esa no puede ser la imagen de México, esa es la imagen real, de ahora, debemos cambiarla… ¡Urge! Votamos por el cambio… ¡lo estamos esperando!