noviembre 02, 2024

Más de 500 años de tradición, Xitas invaden a Temascalcingo

Más de 500 años de tradición, Xitas invaden a Temascalcingo

En medio de un ambiente familiar, miles de turistas y visitantes acudieron a la zona centro del municipio de Temascalcingo para ver a los Xitas, sus máscaras y trabajos hechos de maguey y madera que han colocado a esta celebración como una de las más importantes del Estado de México.

El día de hoy, las calles de este municipio de llenaron de color h tradición con asistencia de más de 7 mil personas que acuden a ver este acto simbólico que ya forma parte del acervo mexiquense.

Durante las fiestas del Corpus Christi, los barrios y las comunidades mazahuas y otomís del municipio de Temascalcingo, Estado de México, se llenan de la alegría y el bullicio de los Xitas (nombre que en mazahua significa “viejo”), que con sus exuberantes trajes y sus impresionantes máscaras recorren las calles danzando al ritmo de tambores y violines.

A lo largo de su recorrido de casa en casa, los vecinos les ofrecen maíz, pulque, tortillas, frutas y dulces, como agradecimiento por el trabajo ritual que realizan a favor de toda la comunidad.

Rito agrícola y de fertilidad, de petición de lluvias y buenas cosechas, la danza de los Xitas o “Viejos de Corpus” es una tradición con gran arraigo en aquellas localidades. Según refiere la historia oral, fue en 1913, a raíz de una mala cosecha que provocó hambruna y enfermedades, cuando se reunieron algunos “principales” para pedir el auxilio divino.

En señal de humildad, cubrieron sus rostros con máscaras de viejos, con las cuales oraron toda la víspera del Corpus.

Al día siguiente, portando sus máscaras, recorrieron el pueblo en procesión, pidiendo el fin de sus padecimientos y una buena cosecha para remediar el hambre.

En su atuendo, los Xitas encarnan la profunda relación de los agricultores con la milpa, así como la importancia del maguey como protector de esta. Sus ropajes remiten a la tierra misma, mientras que sus costales y “cargamentos” aluden a la cosecha. La enorme máscara, de prominentes rasgos tallados en la raíz del quiote o “tronco” del maguey y engalanada con largos cabellos y barbas de ixtle, representa la sabiduría agrícola de los viejos, cuya experiencia es vital para obtener los frutos de la tierra y agradecerle por sustentar la vida.

         

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