Por: MVertti
Como hojas de otoño caen lentamente las mariposas monarca, de las que cada año llegan tres millones de ejemplares al santuario Piedra Herradura, ubicado en Valle de Bravo sobre la carretera de los Saucos. Debido a que son animales de sangre fría, su cuerpo les permite conservar la suficiente energía y grasa para viajar durante 25 días, cerca de 120 kilómetros diarios desde Canadá sólo para pasar el frío invierno en los majestuosos árboles de México que parecieran abrir sus ramas para abrigarlas. Desafortunadamente sólo la mitad de ellas sobrevivirá, debido a que han perdido energía en el largo viaje, además algunas de ellas son comidas por aves, pero principalmente son amenazadas por los cientos de visitantes que al verlas, gritan, las tocan o las pisan.
Es importante que para preservar la visita de estas maravillosas especies, seamos conscientes de no llevarnos monarcas vivas o muertas, porque el ecosistema las necesita para seguir subsistiendo; tirar la basura en su lugar; guardar silencio o hablar lo más bajo posible, ya que se perturba la paz de las mariposas, además no es tan malo el silencio, pues gracias a él seremos capaces de percibir el sonido del aleteo de miles de ellas, que en masa se escuchan como un pequeño riachuelo que suavemente pasa por nuestros oídos. Para los amantes de las mascotas, es permitido llevarlas y subirlas, pero siempre debemos ser conscientes de la obediencia de éstos para no permitirles hacer ruido, atrapar o comerse a ninguna de éstas.
La caminata es un reto físico para cualquiera; sin embargo es un deleite visual y emocional, es una buena manera de convivir con la naturaleza y si nos detenemos a observar, en algunos lugares nos percataremos de algo muy parecido a racimos de uvas colgantes, pero de colores cálidos que varían entre los amarillos y naranjas, tonos que deslumbran y contrastan con los verdes y azules de los árboles y el cielo. Todas ellas, se enfilan para poder extender sus alas al sol y prepararlas para volar a lo más alto de los árboles, y cerca de febrero, el mes del amor, suelen aparearse y reproducirse, así dejan sus huevecillos en una planta venenosa llamada asclepia, donde su nacimiento se observará luego de 4 o 12 días, siendo una oruga la que emerja de éstos. Su siguiente ciclo será transformarse en un capullo, de donde surgirá un ser alado y hermoso. Debido a que su ciclo de vida es de aproximadamente 9 meses, las mariposas adultas que queden, partirán nuevamente hacia Canadá en marzo.
Los invito a disfrutar de esta gran experiencia, en cuyo esplendor encontraremos algo más que simple belleza, un disfrute de la creación natural de éstos seres, que actualmente gozan del reconocimiento de la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
El resto de su recorrido será en diferentes áreas de México como el cañón de Santa Elena en Chihuahua; Chipinque en Nuevo León; Maderas del Carmen y Cuatrociénegas en Coahuila; Sierra Gorda y el Parque Nacional Cumbres de Cimatario en Querétaro; Senguío, Coatepec, Ocampo, Angangueo, Zitácuaro y Aporo en Michoacán; y San Felipe del Progreso, Villa de Allende, Temascalcingo, Donato Guerra en el Estado de México.