Por: Nicolás Gochy
Este lunes, una decena de comerciantes dedicados al tamal y el atole, se manifestaron a las afueras del palacio municipal para exigir, según ellos que la autoridad municipal y la propia Martha Hilda González Calderón les hicieran caso y los atendieran ante las condiciones que están presentando para ejercer su actividad comercial.
Con cartulinas amarillas escritas con faltas de ortografía, señalaban que ellos solo desean trabajar en paz como lo han venido haciendo por años comerciando su mercancía desde temprana hora.
Sin embargo en entrevista aseveraron que si bien la autoridad municipal no los ha tocado, ni les ha impedido el poder llevar a cabo su actividad, lo que ellos buscan es ser los únicos que puedan comercializar este tipo de productos, que la autoridad no permita una sana competencia y que las calles se les entreguen como un coto de poder.
“El problema no es el horario, la situación es que ahora tenemos espejos, el horario si se está respetando, no hemos sido removidos, aquí la situación es que de dos semanas para acá, hemos sido sorprendidos por diferentes puestos que no existían dentro del primer cuadro y que ahora ya están, que están a cinco o diez metros de donde nosotros vendemos”.
Lo que llamo la atención fue que mientras se realizaba la entrevista por parte de los medios de comunicación, la alcaldesa de la capital Martha Hilda González Calderón atravesó la calle de independencia frente a los comerciantes tamaleros quienes no le dieron importancia, y lejos de buscar el acercamiento directo, prefirieron guardar silencio y los propios dirigentes desaparecieron de la escena a pesar de que aseguraban que querían un dialogo con la edil.