Por: MVertti
¡Exorbitante! es la palabra con la que describiría la proyección internacional de “Hamlet” en Teatro Metepec.
Protagonizada por Benedict Cumberbatch, y dirigida por Lindsey Turner, la asombrosa obra que rompió récord en taquillas, se presenta una última vez en función de las 19:00 horas en Teatro Metepec.
A momentos terrorífico y de pronto muy emotivo, los actores que dan vida a la aclamada obra de Shakespeare, se vuelven cada vez más intensos en el desenvolvimiento de la trama, que está ubicada en una época un tanto más contemporánea a la de su autor.
Las asombrosas escenografías y el manejo de la luz, realzan las interpretaciones y los diálogos ofrecidos desde lo más profundo de la profesión de cada actor y actriz. “Ser o no ser? ése es el dilema”.
El príncipe de Dinamarca, Hamlet, simula volverse loco, luego de tener una visión del espectro de su padre, quien pide vengar su muerte provocada por su propio hermano, Claudio, que ahora se postula para ser el nuevo rey y padrastro de Hamlet.
Envuelto en una historia confusa, Hamlet intenta comprobar si su tío fue o no el asesino de su padre, en un momento revelador, la trama se desenvolverá en una sucesión de interminables tragedias que dejará el insaciable poder de Claudio.
Sin lugar a dudas, la obra tiene un montaje de lujo, el simple hecho de estar frente a la pantalla observando cada gesto y cada espacio, invita a ver una y otra vez la proyección. ¿Pueden imaginar un teatro lleno de pequeñas montañas de tierra fresca y hojas?
Teatro Metepec lo sueña y lo lleva de algún modo al público metepequense. Lo mejor de disfrutar una proyección como esta, es presenciar actuaciones de tal profesionalismo que nos llevan a sentir que somos nosotros mismos los agredidos o los confundidos. ¿Quién podría empalizar con los sentimientos de Ofelia? ¿Quién puede comprender al príncipe Hamlet? y sobre todo ¿Quién se identifica con Claudio, el nuevo padrastro lleno de poder y remordimientos?.
Todos estos sentimientos deberán ser resueltos hasta que cada espectador decida observar con detenimiento y muchas palomitas, la proyección que ha dejado al público anonadado
