Alguien lo tenía que decir
Por: Nicolás Gochy
El alcalde de la capital mexiquense Juan Rodolfo Sánchez Gómez está metido en un vericueto del que difícilmente podrá salir en los siguientes años, como diría el clásico, la tuvo, era suya y la dejo ir.
Y es que el ahora alcalde morenista, y que podría ser la única vez que ostente esas siglas partidistas, no sabe qué hacer ni cómo hacerle para poder frenar la incidencia delincuencial que está atacando a la capital mexiquense y que lejos de quererla enfrentar en serio, ha preferido hacer negocio a costa de la inseguridad en la que tiene metida a la población toluqueña.
Este mismo lunes el alcalde llevó a cabo un evento para anunciar a la nueva policía municipal de Toluca, una nueva policía que ni está preparada, ni ha sido adiestrada, y mucho menos se le ha dado la libertad necesaria para enfrentar a la delincuencia.
Los policías con los que hoy cuenta Toluca no son ni con mucho los mejor preparados; la carencia de elementos de defensa personal, de tácticas y técnicas policiales, la nula preparación en inteligencia para enfrentar a la delincuencia es obvia, es más, la propia condición física no es algo que distinga a la policía que sigue mostrando entre sus filas a hombre y mujeres con sobre peso.
Si Juan Rodolfo supone que con los operativos que llevan a cabo donde una patrulla sigue a la otra y ésta a otra más son suficientes para frenar la delincuencia está muy equivocado.
Para hacer frente a la delincuencia es necesario hoy por hoy hacer uso de la tecnología que se tiene, pero hacerlo bien, no solo pensar que al tener una cámara de seguridad, la delincuencia se va a sentir intimidada.
Con 300 cámaras instaladas en el municipio de Toluca, la realidad es que de poca utilidad han resultado pues tan solo en uno de los mas recientes reportes emitidos por la Secretaria de Seguridad estatal en solo 74 días, en Toluca se registraron 1420 delitos de alto impacto, o lo que es lo mismo, en la capital mexiquense se registran 19 hechos delictivos de alto impacto cada 24 horas.
La verdad parece explotarle con todo al alcalde quien ha optado por la máxima de “Al pueblo Pan y Circo” así, en la capital mexiquense hemos tenido de todo, desde caballos, exposiciones de coches, hasta dinosaurios, pero lo que sigue faltándole a la sociedad es sin duda una esperanza de mejores niveles de seguridad, sigue faltando la certeza de que podrán regresar a sus casas sin ser víctimas de la delincuencia.
Sigue faltando la certeza de que las mujeres de cualquier edad podrán caminar por las calles de Toluca seguras de poder hacerlo sin que les falten al respeto, sin que las toquen, sin que las violente, y sobre todo, sin que las maten en el intento.
Son 11 meses de gestión y Juan Rodolfo poco ha logrado, la que más le demandaba la gente no lo pudo atender, los delitos siguen estando presentes en todos lados y a todas horas, la gente a la que él prometió cuidar se siente sola, se sabe sola, no tiene casi ninguna confianza en su policía, ninguna en su gobierno y en menos aun en su presidente municipal.
Juan Rodolfo falló, dejo pasar casi un año mientras la delincuencia creía cada día más, pide a la gente de la capital que le tengan paciencia, que él resolverá todo, esa misma paciencia que deberá tener el joven que mañana aborde un camión para ir a su escuela y tenga que entregar sus pertenecías a la delincuencia que Juna Rodolfo dejó crecer.
O la misma paciencia que deberán tener los padres de la jovencita que será secuestrada mañana para ser violada o desaparecida de su hogar sin que la policía municipal de Toluca pueda saber nada sobre su paradero.
La paciencia que deberá tener el comerciante de la colonia cuando la delincuencia le “pegue” una vez más a su negocio y el deberá esperar que no se les dispare el arma con la que siempre lo amenazan ante los ojos de una policía municipal que no lo ve, ni lo oye y mucho menos le interesa.
Ahora solo hay tres respuestas a buscar.
¿Juan Rodolfo no pudo, no quiso, o no le convino acabar con la delincuencia? El no actuar también es un delito.