Por: José Óscar Valdés Ramírez
Tantas veces va el cantarillo a la fuente […] y no digo más (El Quijote II 30) reza el refrán.
Los políticos abusaron del pueblo, apostaron a la corrupción, la falta de transparencia y a la desmemoria, ante lo que era una generación indiferente, se agandallaron la Constitución.
Envilecieron el poder, la consigna es pública… ¡que se vayan todos! Al unísono el grito de fuente ovejuna, que era impensable; un país de clases sociales, de mosaicos turbios se volvió lo que era imposible, transparente e igualitario; el pueblo de la mano, iguales todos ante la ley, el peor escenario del gobierno, un pueblo unido, organizado.
Así como fue en el sismo hace 32 años, despertó México; terminó con la hegemonía del PRI y nació la oposición; la izquierda como opción -antes inexistente-, paradoja, también gobernaba el PRI.
El hartazgo de un pueblo oprimido ante los escándalos de corrupción y la opacidad en la transparencia, -una tras otra-; el pacto por México, las mentiras de que todo bajaría de precio, que los grandes capitales traerían competencia y con ello el progreso.
Enrique Peña Nieto, en cadena nacional comentando que no habría más gasolinazos, y una falta de sensibilidad política de todos los actores políticos, -todos en escándalos-, comisiones ocultas, domicilios fantasmas, líderes sindicales en los excesos, -exhibiendo sus riquezas en redes sociales-; casas en todos lados de los políticos mexicanos, exhibiendo la opulencia la impunidad, valiéndoles madre la ley, son intocables por el sistema.
Una Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que solo sirve al poder como un apéndice del sistema; una oposición que juega la comparsa para recibir el premio del presupuesto, un Senado complaciente y una Cámara de Diputados que se dedicó a hibernar.
Todos viendo por sus intereses, de espalda al Pueblo, agandallando un presupuesto exorbitante en medio de la peor crisis que hemos tenido, con un desempleo aplastante y una débil e inexistente respuesta ante Trump -que se mofa de los mexicanos-; un fiscal carnal que el PRI defiende a capa y espada, una corrupción en las elecciones y una falta de aplicación de la ley.
Corrupción en todos lados; en Profeco pidiendo moches para no revisar con la complacencia de todos, el primer círculo de Peña Nieto en los bisnes, sin recato.
Me decía un político de la vieja guardia: Ellos llegaron, tienen licencia para robar, solo ellos, son los dueños del pandero, minimizando las voces críticas, para ellos el país está ‘a toda madre’, los escándalos son de 24 horas después termina en el olvido todo; así como termina un escándalo nace otro.
Las universidades vendiendo facturas, con qué cara piden ética si se prostituyeron robando a la nación; la generación más joven de gobernadores depredaron el erario, muchos sin castigo, escudándose en el velo tolerado de la impunidad, ministros cuates, todos cómplices.
Así las cosas, hasta que se cimbró la tierra, esa sacudida despertó un león dormido; los ‘millennials generation’, los que no votan, a los que les valía madres el país, a los que ningún político pudo convencer; en un tiempo récord casi de inmediato, rebasaron a la autoridad, dirigieron el tráfico, se trasladaban en motos, hacían cadenas humanas, elaboraban comida, recogían víveres, la ciudad descansó en ellos y ellos se volvieron centinelas de la ciudad.
No ví un político cargando piedras, algunos fueron corridos a patadas o a chiflidos, jóvenes llevando víveres, compilando centros de acopio; jóvenes sin distinción de clases sociales, el tequio de Oaxaca en la capital, trabajo en favor de la comunidad y un reclamo general: ‘que regresen el dinero del 2018’, que lo donen a la reconstrucción de México, sin condiciones, sin argucias sin discursos.
Lo dije en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística del Estado de México (SOMEGEM), y lo escribí hace un año; Enrique Peña Nieto «El rey desnudo», ni un peso a los partidos políticos, que nos nos convenzan con retórica, con programas y si nos convencen les damos voto y dinero, pero no podemos pagarles más, hoy es un reclamo nacional, la política como es, en su esencia… convencer no comprar.
Los ‘millennials generation’ han despertado; nos han demostrado que aman a su país, que son dignos de México y México dignos de ellos; que esta vez no cazaron pokemones, usaron la tecnología para demostrarnos su amor por México; nos dieron una lección, saben ser solidarios sin descanso y exhibieron una nación noble y generosa.
No faltaron las malas notas, los gobernadores gandallas que quisieron sacar raja de la desgracia, televisoras con notas falsas, pero el resultado es favorable resurgió la ‘Unidad Nacional’..
Juan Pueblo levanto la voz… ¡no más chingaderas, no más corruptos!
*LOS MILLENNIALS son el Prometeo encadenado de las tragedias de Esquilo, cuando Zeus quería que la raza humana permaneciera esclava, carente de todo poder y de toda inventiva; Prometeo, desobedeciendo al Dios, da a los hombres el fuego, germen de toda civilización el cual roba del carro del sol y con ellos hizo albergar a los hombres ciegas esperanzas
Ante este despertar los partidos políticos están entre la «Cruz y la Hoguera», y para Enrique Peña Nieto es momento de definir; o sigue en su letargo de ‘no pasa nada’ o da un giro de timón.
Basta citar a John F. Kennedy, quien popularizó una frase que se ha establecido como una verdad incuestionable: que, en chino, la palabra “crisis” se escribe igual que “oportunidad” o que, en chino, en toda “crisis” hay una “oportunidad”.
Una verdad es absoluta LOS MILLENNIALS han despertado y esto no lo para nadie…
¡La primavera de México ha comenzado!
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