En estos primeros días del año, las solicitudes de inscripción a los gimnasios están al máximo, todos quieren ponerse en forma, recobrar la figura que perdieron o simplemente bajar los kilitos que les dejaron las fiestas continuas y las deliciosas culinarias de la abuela.
Lo cierto es que es también uno de los primeros y tal vez más recurrentes propósitos de año nuevo pues al momento del ritual de las uvas esto de ir a los gimnasios y ponerse en forma es casi tan tradicional como las piñatas y los abrazos.
Pero luego de unos eses, dice Luis Alberto González Vázquez instructor de uno de estos espacios, la realidad les avasalla y del 100 por ciento de las personas que hoy abarrotan los gimnasios, ni el 50 por ciento estarán cuando llegue el 10 de mayo y para cuando lleguen la hora del pozole y los pambazos en las fiestas patrias solo dos de cada 10 de los hoy asiduos deportistas estarán cumpliendo aun con su propósito de año nuevo.