Por Toño Garcia.
Vivimos en un país extraordinario donde los mexicanos somos dueños de litorales, mares, ríos, lagos, bosques, montañas, llanuras, desiertos, petróleo, todo lo que llamamos territorio nacional, orgullosamente podemos decir “es nuestro”. Esto se complementa con la libertad de elegir y estar “donde queramos”, con solo una limitante llamada ¡economía!
Eruviel Ávila Villegas hoy vive y hace verbo el año de Hidalgo, Alfredo del Mazo parece disfrutará la herencia de su padre, otros marchan o hacen consultas en busca del anhelo llamado democracia, el narcomenudeo y los huachicoleros son tema principal de diversos rotativos, la selección nacional de futbol no juega con el corazón y solo da más penas, Fernando Zamora Morales “mis respetos” ha enaltecido los oficios más nobles como lo es recoger basura, pavimentar calles, tapar baches, pero el oficio de Alcalde de Toluca ¡creo que ni lo conoce!
Parece que todo lo que implica e influye en nuestro entorno no es agradable o estimulante para estar tranquilos en esta realidad brutal que va mermando la esperanza de un mundo mejor para todos; y aunque ustedes no lo crean, creo, todavía hay solución y está en nosotros. Estas vacaciones pueden ser el pretexto ideal para humanizarnos y poder construir en las nuevas generaciones bases más sólidas para un mundo, nación, ciudad, pueblo, barrio, colonia o grupo social, mejor para todos sin importar el lugar que hayas escogido para vacacionar o si te quedaste en casa.
Las bases serian; sueña, baila, expresa tu emoción, mira al cielo, respira, abraza a tus padres, abraza a tus hijos, abraza a tu novia o esposa, camina solo o de la mano admirando tu entorno, perdona sintiendo el dolor humano que esto conlleva, siéntate a comer y saborear lo que está al alcance y en tu mesa, tomate un helado, recuerda cuando eras niño o niña, haz el amor lo más propio y sincero posible, ojala puedas lograr el clímax del alma que no es más que “mirar de frente y a los ojos a quien tengas que mirar y decirle te amo” seas hombre o mujer.
En la medida que sean más constantes estas experiencias podremos comprender por qué los obreros se organizaron en sindicatos para solicitar ocho horas de trabajo y así poder complementar su día en ocho horas para desarrollarse en lo que quieran y ocho horas para descansar, la suma de estos tres lapsos de tiempo nos da un día de veinticuatro horas. Podremos ver las carencias de nuestros representantes populares y su falta de sensibilidad e inteligencia para gobernar y buscar un mundo mejor para todos. También podremos comprender lo importante que es cuidar a mi semejante que está a mi lado y podremos crear círculos basados en la moral donde nos cuidemos unos y otros ayudando a evitar la inseguridad en lo que los expertos llaman nivel primario o primer círculo de seguridad.
En la medida que nos conozcamos más podremos ser mejores ciudadanos y podremos crear a futuro representantes populares menos (omito palabra que lleva ocho letras) cínicos y más capaces para comprender que en la sociedad necesitamos todos. Estas vacaciones son el pretexto ideal para crear nuevas sinergias…