Una vez que dio inicio la temporada vacacional de Semana Santa, los sitios turísticos religiosos y ecoturisticos del Estado de México comenzaron a registrar sus primeras visitas, y en el municipio de Aculco, la cascada de la Concha no fue la excepción; pero para sorpresa de sus visitantes, ésta por completo seca.
De acuerdo con los comerciantes que se ubican en esta zona turística de la región, el fondo del cañón sólo alberga agua estancada; las paredes verticales de basalto lucen áridas, pues la crisis hídrica que actualmente enfrenta el país, comienza a dejar ver sus peores estragos en este Pueblo Mágico.
Decepcionados, decenas de turistas locales e incluso extranjeros han viajado hasta este punto para encontrarse con este panorama, donde la sequía ya alcanzó a los locatarios, quienes afirman que su actividad en Semana Santa no es nada alentadora.
“Son dos años de mala lluvia, ahorita nos pego por el lado del turismo, que ya se veía venir con la sequía que tenemos; pero ahora viene la otra parte, por estas fechas se empieza a regar para cultivar, y no se va a poder hacer, necesitamos un milagro ahora si” señaló uno de los locatarios.
La poca capacidad de agua que existe en la presa de Huapango que alimenta a este peñasco y otros cuerpos de agua de la región ha provocado su sequía, misma que alimenta al Río Ñado; la cascada disminuye su caudal desde hace poco más de 4 meses.
Al igual que el Sistema Cutzamala, estas presas se encuentran al 30 por ciento de su capacidad, por debajo de sus niveles históricos que mantienen en completa incertidumbre a la población no solo de Aculco, sino también de Acambay y Polotitlán.
Además, la vegetación y fauna de la zona también se han visto afectadas; estas personas solo tienen la esperanza de que pronto llueva. En tanto, dos incendios forestales en los límites de Aculco y Acambay siguen sin ser controlados.