noviembre 22, 2024

La revolución ¡es obligación!

La revolución ¡es obligación!

Por Toño García.

Niños, adolescentes, jóvenes, adultos, e incluso ancianos, han iniciado clases escolares de manera virtual, vía T V abierta, por computadora, en WhatsApp, Twitter, Facebook, correo electrónico, con el uso obligado del internet; todo, derivado de la sana distancia que debe existir entre nosotros para mitigar la pandemia de coronavirus y por sugerencia de la SEP, para que todos los estudiantes no se queden sin su catedra del día.

Quien iba a pensar en las redes sociales que servían para comerciar, chismear, ligar, hacer bullying, tener cibersexo, difundir fake news, hacer realidad mentiras, enseñar fotos de instagram coqueteándole a un espejo y echar desmadre (palabra de uso común en redes), hoy; son fundamentales para difundir información y programas de estudio de prácticamente todos los grados escolares, desde kínder hasta universidad, con el fin de estudiar y estar vigente en la competencia eterna de estar preparados académicamente, con una peculiaridad; sin la necesidad de estar en la escuela o aula de clases de frente al pizarrón y al maestro rodeado de compañeras y compañeros.

Estudiantes, obreros, profesionistas, campesinos, amas de casa, padres de familia, hoy se ven obligados a adquirir equipo de cómputo, celulares, T V y con ellos a buscar compañías de internet con el fin de que el estudiante no se quede fuera de la nueva forma de estudio, sin importar el costo u el endeudamiento que pueda generar adquirir un aparato de alta tecnología o el pago de una mensualidad por el uso de internet; aquí lanzo una pregunta ¿y el internet gratuito en todo el país que por años ha sido bandera electoral de cualquier gobierno a donde esta?

Muchos lectores de este artículo crecieron u están identificados con el uso de casete, disco de acetato, radio, compact disc, casetera VHS u VETA, y quizá nunca imaginaron tomar clase con un maestro particular atrás de una pantalla, y menos, entender y comprender la conducta de los educandos sin el salón de clases viviéndola en su propia casa.

¿Cuándo va a terminar la pandemia de coronavirus para que todo regrese a la normalidad? no lo sé, lo que sí sé, es que hoy estamos obligados a dar un uso responsable y constructivo a la nueva forma de comunicación  considerando el peligro que provoca el aislamiento en la nueva generación de estudiantes, pues, veníamos viviendo en una sociedad enferma de violencia la cual genero desconfianza y por tanto la indiferencia como forma de vida ¿ahora imagine usted las consecuencias en el ser que puede causar estar sentado frente al televisor o al internet que pueda generarle a una persona sin asesoría?

¿Cómo vamos a difundir valores humanos de convivencia y armonía social en redes sociales o televisión? Considere usted que hoy día, fuera de los horarios de impartición de clases por parte de la SEP, usted puede encontrar a charlatanes, astronautas, filósofos, políticos, sacerdotes, sexólogos, psicólogos o personas bien intencionadas hablando por medio de un video de cualquier tema para hacerte reflexionar y nutrir una idea propia, pero, también puedes encontrar a algún manipulador o “don juan” que intente aprovecharse de ti en cualquier ámbito y a cualquier hora.

La nueva realidad que vivimos actualmente nos obliga a adentrarnos en la convivencia familiar del cuidado de los hijos de manera inmediata, no solo de lo que puedan ver en internet, no, la obligación radica en que en estos momentos también somos maestros o profesores y por consiguiente debemos aprender a la par, en el peor de los casos para manejar cuando menos las redes sociales para pasarle la tarea al menor hijo, sin importar que seas profesionista u obrero, aprender de forma constructiva y drástica con el fin de compartir de supervisar de manera responsable la educación de nuestros hijos desde casa.

También es una oportunidad para organizarse en grupos o colonias para adquirir internet de manera cooperativa entre personas de escasos recursos para que salga más económico el uso de wi-fi, o quizá cooperar dejando tu señal de internet abierta con el fin de ayudar a quien no tenga para pagar internet, humanizarnos con el pretexto del uso cibernético para estudiar y por tanto considerar que la revolución ¡es una obligación!

         

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