Por: José Oscar Valdez Ramírez
LUCAS 1:26-38, 2:1-19, MATEO 1:20-21; 26: Y al sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret.
La Navidad es un término de origen latino que significa nacimiento, y da nombre a una fiesta que se realiza con motivo de la llegada de Jesucristo a nuestro mundo, la fecha de celebración es el día 25 de diciembre -esto para las iglesias Católica, Anglicana, Ortodoxa Rumana y algunas denominadas Protestantes- o bien el día 7 de enero para las Iglesias Ortodoxas que no adoptaron el calendario Gregoriano.
Los historiadores afirman que el verdadero nacimiento de Jesús tuvo lugar entre abril y mayo esto basado en cuestiones geográficas y geológicas innegables, verbigracia se sabe que el hemisferio norte del mes de diciembre coincide con el invierno, lo cual pone en duda que los pastores hayan estado al aire libre o bien que el cielo de esa noche haya sido estrellado.
La Iglesia Católica dejó esta fecha a conveniencia por los ritos paganos del solsticio; en diversas culturas se celebra, ese día, antes del nacimiento de Cristo lo siguiente:
El Cápac Raymi de los Incas, el Natalis Solis Invicti de los Romanos -que esto fue lo que realmente influyó en el concilio de Nicea hecho por Constantino- recordando que la tradición del nacimiento como la conocemos, fue una tradición de la Orden de San Francisco.
La tradición precisa que se debe ofrecer un banquete, una cena que inicia el día 24 de diciembre y se extiende pasada la media noche, se arman belenes o pesebres -maquetas que representan la natividad- se cantan villancicos y se adorna un árbol; la navidad trascendió los límites de la religión y adoptó el símbolo a Papá Noel -conocido como San Nicolás o Santa Claus- un personaje inspirado en un obispo griego que otorgaba regalos y ahora entrega presentes a los niños de todo el mundo a las cero horas del 25 de diciembre.
La celebración de la Navidad no es ya una celebración ni creencia religiosa, los festejos más pomposos son realizados por ateos o por gente poco ortodoxa; ahora se centra en lo sofisticado de los regalos y en la mercadotecnia, el sentido original se ha perdido y ahora es una fiesta con una oda al materialismo.
Es curioso, lo que comenzó como una tradición religiosa para que el cristianismo preocupe más a los no creyentes y los someta a una serie de obligaciones cuidadosamente diseñadas y estructuradas de forma rígida e inamovible, independientemente de las creencias místicas; es innegable que en torno a la navidad gira una interesante combinación de actitudes y sentimientos tales como la entrega, la culpa y el sufrimiento, pero no en el espíritu, sino en no poder cumplir los regalos en forma material.
En México las tradiciones se van perdiendo, las posadas y las reuniones para pasear a los peregrinos simulando el pedir posada de los padres del hijo de Dios son escasas; la inseguridad es la primera vertiente, la segunda el costo elevado de la vida.
En un análisis de revistas especializadas, en un año se incremento al cien por ciento el costo de una cena de navidad, esta época debe volver a ser una época de paz, de meditación, de agradecimiento, olvidarnos del mundo por un momento, dar gracias por estar aquí, orar por los presentes, por los ausentes, agradecer por los hijos, por los amigos, por el trabajo, orar por México.
El año entrante a estas fechas tendremos Presidente electo, una nueva época, una nueva era; la moneda está en el aire.
Me dicen que tenemos los gobernantes que merecemos, creo que nuestra indiferencia nos ha castigado, nuestro sistema se ha agotado, es increíble que el humanizar las leyes nos lleve a su quebranto y ahora debamos proponer endurecer la ley.
Debemos elevar las penas y castigos para los servidores públicos e incluso valorar la pena de muerte a las autoridades, no al pueblo; las escaleras se barren de arriba para abajo, no de abajo para arriba… se debe considerar la propuesta de un test de personalidad, salud física y mental a los candidatos, y también a sus colaboradores.
Uno de los operadores más importantes de Los Pinos se la pasa en las cantinas cercanas y de ahí opera… y no nada más él, también su equipo, sé que hay gente que es alcohólica y es brillante, yo creo que alguien que no controla sus pasiones, no es sano, y de esa gente dependen decisiones fundamentales; bueno hasta meseros toman opinión que les piden los asesores de Los Pinos, asesores de opereta, que no sabemos porque están ahí, se debe terminar la complicidad que es un paso a la impunidad.
Me da tristeza que la gente no hable, que tenga miedo de decir las cosas, es la hora de la verdad, de levantar la voz, de castigar no al mensajero sino al responsable, que se acabe la impunidad y la negociación de la ley; cabe citar el sermón de Martín Niemoeller (pastor protestante, 1892-1984), erróneamente atribuido a Bertolt Brecht. Un sermón en la Semana Santa de 1946 en Kaiserslautern, Alemania “¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”.
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron por los judíos,
no pronuncié palabra, porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron por mí,
no había nadie más que pudiera protestar».
Esta es la fuente del problema de México… ¡la indiferencia! Y en el pecado llevamos la penitencia.
Les deseo salud, fuerza, paz y gozo, que Dios bendiga a sus familias, ¡Feliz natividad ha nacido el Rabí de Galilea! ¡La esperanza vive!