Algunos historiadores la datan en el año de 1885 cuando por primera vez se llevó a cabo la tradición de cargar pesadas cruces de madera, algunas hasta de cuatro metros de largo, como una forma de expiar los pecados en esta semana santa por los pobladores del municipio de Temascalcingo.
A más de cien años de llevarse a cabo casi de manera ininterrumpida, esta tradición es catalogada como una de las más originales a nivel nacional.
Este viernes, los penitentes cargan pesadas cruces de manera pintadas de verde en el más absoluto silencio de manera paralela a la representación de la pasión de Cristo.
Para los crucíferos o cofradía de penitentes, la tradición comienza desde el Miércoles de Ceniza; todos los viernes salen al Atrio Parroquial en preparación física y espiritual para la Semana Santa; pero ellos mencionan que la penitencia se realiza miércoles y viernes.
El Viernes Santo los crucíferos salen de madrugada de la Iglesia de San Miguel Arcángel rumbo al Calvario para poder bajar la imagen del Santo Sepulcro, la trasladan en un completo silencio y acompañados de muchas personas que se reúnen para este momento. Temprano en la mañana se inicia el viacrucis.
Los crucíferos caminan, llevando pesadas cruces de madera sobre uno de sus hombros. Doce jóvenes ataviados con llamativos vestidos los acompañan, ellos están representando a los apóstoles. Un tambor y una flauta dejan escapar su sonido triste y monótono.
El trayecto total que realizan los crucíferos es poco más de 3 kilómetros.
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