Por: José Óscar Valdés Ramírez
En una conferencia la exministra Olga Sánchez Cordero comento, de no ser por el caso Ayotzinapa, no sabríamos del grado de corrupción de la PGR y de la descomposición del sistema judicial.
En mi recorrido por México, las historias son desgarradoras los procuradores no sirven al pueblo, los gobernadores son verdaderos Virreyes y las fosas comunes son un escándalo de dimensiones internacionales.
Las fosas de Veracruz, los muertos de Jalisco en tráilers, las matanzas de Tamaulipas, Quintana Roo, Michoacán, Guerrero, Morelos, Tabasco, Chihuahua, las desapariciones forzadas son el pan nuestro de cada día, y el narcotráfico está de la mano del gobierno… ¡Son lo mismo! Desde las administraciones municipales están infiltrados y cooptados por grupos ligados a la delincuencia organizada.
El Estado de México es líder en feminicidios, nadie se escapa, el sistema está hecho para mentir para negociar, el sistema oral adversarial, está en manos de la institución más corrupta, la procuraduria, que tiene el monopolio de la investigación, ahí se manipula todo se negocia todo. En la época de Fox, el Diputado César Camacho fue el artífice de la Reforma -debería de aclarar los viñedos que compró en Baja California, para ver “quién pompó” como la alegre canción del finado tabasqueño Chico Che-.
Siempre he sostenido que la justicia debe empezar por el Estado de México, los abusos y excesos de todo tipo se han dado aquí, el caso de Arturo Montiel es similar al de Duarte de Veracruz, y nadie investigó nada, los fiscales «a modo» son «moda y herencia» del Edoméx. Aquí se respeta a la familia revolucionaria que no es otra cosa que «tapaos los unos a los otros», aquí no existe la oposición.
El primer Pacto por México lo hizo Pichardo Pagaza con sus elecciones de la concertación -palabra dominguera que no era otra que negociación-, que fue lo que después conocimos a nivel federal como Pacto por México. El PRI nunca tuvo la intención de investigar nada, he sostenido que gobernaron el país como gobernaron la capital mexiquense Toluca, con sus cuates, con sus excesos y se les pasó la mano… el despeñadero le llamó Andrés Manuel.
El PRI encubrió todo, la corrupción de PEMEX, de Lozoya de Deschamps, de la estafa maestra, de la transa de las universidades que se volvieron vendedoras de facturas y cometieron fraude, no hay un rector en prisión, SEDESOL, SEDATU, PROFECO, EL CRT tolerado por la COFECE la corrupción está en el gobierno. Los principales compradores de facturas falsas son los del gobierno o, ¿a poco no lo saben?
Desde las altas esferas del poder en turno se encubre todo, todos los caminos conducen a Los Pinos, desde allí el sistema nacional anticorrupción enfrenta una barrera infranqueable, una Procuraduría (Fiscalía) General de la República sin autonomía para investigar los grandes escándalos de corrupción, las leyes pensadas para combatir el desvío de dinero público que no logran aplicarse en los Estados.
México es percibido, entre expertos internacionales, como una nación muy corrupta.
El último Índice de Percepción de la Corrupción, elaborado por la organización Transparencia Internacional. México ocupa la posición número de 135 de 180 en materia anticorrupción. Es el peor evaluado tanto del G-20 como de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
En el informe publicado, México ha alcanzado 29 puntos, en una escala en la que 0 es lo más corrupto y 100 lo menos. Esto ubica al país en la misma posición que Honduras y Paraguay, pero por debajo de Brasil, Argentina y Colombia. La nación mejor colocada en el estudio es Nueva Zelanda, con 89 puntos.
La percepción de corrupción es medida por expertos a partir del cruce de una serie de estudios internacionales sobre el tema. En México los resultados revelan un escenario de descrédito con las instituciones responsables por combatir la corrupción en un país acostumbrado a encontrarse en las páginas de los diarios con denuncias de mal uso de los recursos públicos.
Además, el informe pone luz sobre otro dato poco animador: Éste es el quinto año consecutivo en que la percepción de que México es corrupto va en aumento. De acuerdo la Red por la Rendición de Cuentas, hay diversas razones para que la percepción de que México como un país golpeado por la corrupción sea tan difundida tanto entre observadores internacionales como entre la propia población mexicana.
La reforma constitucional de 2016 para crear un Sistema Nacional Anticorrupción avanza a marchas forzadas. Además, una serie de acusaciones que se conocieron los últimos años se quedan con investigaciones incompletas que no terminan por identificar los posibles responsables.
“Si agregamos el tema de la corrupción política, los temas electorales, los fuertes cuestionamientos sobre ¿cómo se están canalizando los recursos de la reconstrucción tras los terremotos? O ¿cómo algunas campañas electorales se financiaron? Este desánimo aumenta todavía más”
México es la definición de lo que se considera un país con altos niveles de corrupción va más allá de los casos de uso irregular de dinero público. “No es que no haya corrupción en Europa o en el mundo; ocurre que cuando el caso se da a conocer hay una reacción institucional muy fuerte”, “Esta sensación no la tiene la opinión pública mexicana”… aquí no pasa naaada.
El problema y la ecuación a resolver es una cuestión de reformas en las leyes, amarrar las manos a los gobernadores, pasar por el filtro de confianza a los procuradores, y sin miramientos el primer acto de corrupción de la naciente administración castigarlo, no encubrirlo ni premiarlo, como lo hace la administración actual, si no se castigan las conductas que pueden generar delitos será una percepción errónea del cambio, «radio pasillo» destrozará y minará la credibilidad de la administración federal que llega alegando que existió un pacto.
El problema de México es aplicar la ley sin distinción, a rajatabla desde el Presidente de hasta el más simple de los mortales, solo así se volverá a confiar en las instituciones que imparten justicia, hoy el sistema está desarticulado, es la ecuación a resolver, pero se debe empezar por lo mas simple, por lo que hoy por hoy esta administración de Enrique Peña no quiso hacer… aplicar la ley.
En mis recorridos por todo el país la consigan es la misma, investigar a las autoridades locales, limpiar las procuradurías, las fiscalías, y después el Poder Judicial, no hacerlo es dejar las cosas como están.
¡México reclama justicia, no venganza!