Por: MVertti
José Eduardo Santana Zendejas era un estudiante de cuarto semestre del CECyTEM Toluca. Como era su rutina, la mañana del martes, José iba camino a la escuela, cuando presuntamente fue embestido por un camión de carga que terminó trágicamente con su vida.
José, que se transportaba una motoneta, llevaba casco al momento del accidente, pero ni éste le ayudó a protegerse cuando el camión le pasó encima. Desafortunadamente, al no portar uniforme de la escuela, la gente que lo rodeaba no logró identificarlo y el Ministerio Público recogió los restos. Fue así como José terminó siendo ante los medios de comunicación como “un joven de 30 años” al que nadie pudo identificar.
Los docentes que pasaron cerca del cuerpo, jamás se imaginaron que José era una historia que había terminado antes de lo esperado. Los compañeros del salón y sus amigos, fueron puestos en aviso tiempo después. Sin embargo, a pesar de las peticiones, a ninguno se le permitió salir dar el último adiós durante el entierro.
Con su partida, la vida de familiares, amigos, compañeros y docentes, ha cambiado desde hoy y para siempre; sin embargo las anécdotas y enseñanzas que José ha dejado atrás en cada persona, permanecerán en las mentes de quienes lo conocieron y lo amaron.
