Alguien lo tenía que decir
Por Nicolás Gochy
Esta mañana, las escuelas del municipio de Toluca iniciaron la entrega de vales de útiles escolares que ha dispuesto el gobierno morenista de la capital mexiquense con lo que se pretende beneficiar a las familias toluqueñas apoyándolos con un monto de 500 pesos para que cada niño en edad escolar pueda adquirir los útiles necesarios para su educación básica.
Miles de vales con el logotipo de la actual administración están ya en manos de los padres de familia que sin duda agradecen que el gobierno toluqueño haya extendido una mano para apoyarlos en esta cuesta que representa el surtir la lista de útiles escolares.
Pero resulta que no solo los padres de familia están felices con esta decisión gubernamental de los que integra hoy la tan mentada Cuarta Transformación.
Dos personajes del comercio establecido de Toluca en el sector papelero están que brincan de gusto por la decisión: Miguel Guerra, propietario de la papelería El Venado y Hugo Ávila dueño de la papelería ABC resultaron los grandes y únicos beneficiarios del programa de apoyo del gobierno que encabeza Juan Rodolfo Sánchez Gómez.
Y es que resulta que al más clásico estilo priísta, ese que la gente aborreció y lo demostró en las urnas, el gobierno emanado del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) tomó la decisión de que los vales solo se podrán canjear en esos dos establecimientos, uno de ellos propiedad del eterno y supuesto dirigente de los papeleros tolqueños.
Así, ninguno de los afiliados a la asociación de papeleros de la capital mexiquense podrá recibir los vales del gobierno municipal pues será dinero perdido al no poderlos canjear por dinero ante el gobierno de Juan Rodolfo Sánchez Gómez.
Esto solo indica una cosa, los millones de pesos que la 4T están destinando al apoyo a los más pobres solo tendrá como beneficiario a dos personas dueñas de papelerías en la ciudad capital.
Así que no será nada descabellado el pensar que si un lápiz, al cliente final le cuesta solo cinco pesos en cualquier comercio del ramo, estos dos personajes podrán vender ahora cada lápiz en 15 pesos y como el beneficiario del programa no puede adquirirlo en otra parte, pues tendrá que pagarlos al precio que le impongan.
La idea sin duda era excelente, el apoyo a los más necesitados siempre lo agradecerán, pero lo que no es válido es el que sean solo dos, las empresas que resulten beneficiadas con estos apoyos.
Si Juan Rodolfo no autorizó esto, sin duda entonces tendrá que revisar, inhabilitar y sancionar incluso de manera penal al funcionario que haya autorizado este negocio redondo entre el gobierno que prometió un cambio y los dos dueños de papelerías beneficiados.
Porque si camina como pato, grazna como pato y nada como pato… seguro que ahí hay corrupción, y por lo menos yo, le sigo creyendo a López Obrador de que está acabando con ella barriendo las escaleras de arriba hacia abajo.