En el norte de la entidad mexiquense se ubica San Felipe del Progreso, corazón que alberga la cultura mazahua, además de ser un municipio que destaca por su elaboración de artesanías, una de ellas es la orfebrería y joyería.
Parte de la indumentaria de las mujeres mazahuas no estaría completa sin las tradicionales arracadas de plata, una muestra de la destreza y riqueza artesanal de maestras y maestros del arte popular mexiquense, especialista en esta rama artesanal.
El proceso de fundir, laminar y calar, van dando vida a verdaderas obras de arte que, con mucha dedicación y esfuerzo, ofrecen al público en arracadas y collares.
Este tipo de artesanías requiere de mucha delicadeza, desde usar los materiales adecuados hasta la realización de la filigrana y posteriormente poder martillar y lograr un relieve, donde plasman parte de su iconografía, como las flores y palomas típicas de la región.
En la zona mazahua casi todas las mujeres llevan sus arracadas de plata. Cuando se celebra un matrimonio, el novio suele comprar un par de ellas para su pareja. Así es la costumbre, como si las arracadas fueran una suerte de anillo de compromiso.
Actualmente, maestras y maestros plateros continúan su preparación para combinar la tradición con la innovación y seguir fortaleciendo su trabajo artesanal, muestra de ello, son las incrustaciones de piedras semipreciosas y finas.
En las Tiendas de Artesanías Casart, del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), además de encontrar estas artesanías de plata, quien las visita puede adquirir productos de las 13 ramas artesanales con las que se trabajan en la entidad.
