noviembre 22, 2024

¡Gracias!

¡Gracias!

Antonio García
El pueblo de México nuevamente enfrento a la muerte y tuvo lesionados algunos con crisis nerviosas de pánico de miedo o de frustración consecuencia del temblor que dejo edificios destruidos, edificios a punto del colapso o derrumbe, casas dañadas estructuralmente, fugas de gas, muros cuarteados, cuarteaduras o fisuras en el piso, perdida de hogares por riego de derrumbe, calles totalmente cerradas por peligro de derrumbes de postes o de muros, fugas de agua, postes tirados cortando el suministro eléctrico de colonias enteras.
De paso, gobiernos rebasados por la falta de prevención y planeación para mitigar desastres naturales; ante este escenario los gobiernos de Velazco, Murat, Galy, del Mazo, Aureoles, Graco, Mancera, todos estos gobernadores y el gobierno federal fueron totalmente rebasados e incapaces de reaccionar para ayudar a la ciudadanía y para contrarrestar las secuelas del efecto devastador de la naturaleza.
Ante lo anterior la rapiña y el oportunismo político de promoción personal de quien ostenta el poder de servidor público y de quien aspira a un cargo de elección popular en el 2018 no se hizo esperar, anunciando la ayuda que se convirtió en donación de la ciudadanía como suya, en muchos casos, lucrando y cantando su ayuda a damnificados en diversos medios para posesionarse de manera ruin y para efecto personal.
Ante todo lo anterior la ayuda de diferentes países, olvidando el servilismo de Videgaray para EUA, y anteponiendo su solidaridad para el pueblo de México ¡no se hizo esperar! dinero, comida, herramientas, casas de campaña, recurso humano como lo son doctores, bomberos, personal de rescate, especialistas en búsquedas acompañados con perros de rescate y todo lo referente para ayuda sin escatimar nada, pusieron al servicio del pueblo y a la par del hombro de los topos mexicanos, mediante sus respectivas embajadas y en todo momento para ayudar a afectados que viven las secuelas del temblor que ocurrió a la 1: 17 pm en la tarde del 19 de septiembre del año en curso.
Los mexicanos para contrarrestar los restos del temblor e impulsados por el espíritu del sentido de la supervivencia, el amor al prójimo y el sentido común se lanzaron a ayudar como pudieron y como entendieron a su hermano en desgracia, solo con la memoria de las imágenes del septiembre de 1985 como antecedente para salvar al prójimo y con la única limitante de la ignorancia para enfrentar tal tragedia, pero, su humanidad y el deber de salvar a su hermana o hermano que quizá estaba enterrado en vida, lo y nos sacó a flote, teniendo como obstáculo al hermano que llego tarde para ayudar y que no contaba con el tríptico e instructivo burocrático “superficial” para saber qué hacer, solo, el instinto de salvar la vida lo acompaña para llegar al lugar de la catástrofe y ponerse a trabajar en lo que fuera y sin condición alguna.
Con el fin de salvaguardar la integridad del transeúnte mexicano e internacional en las zonas afectadas el pueblo se organizó para; desviar el tráfico vehicular de la zona afectada, sacar escombros de pleno derrumbe, dar alimento a los afectados y a quien aportaba su mano de obra para limpiar y rescatar de los escombros a quien estuvieran con vida, a quien inspeccionaba que no existiera peligro en casas particulares u oficinas de servicio que pusiera en peligro la integridad de otro ser humano, donando el recurso a su alcance para ayudar a un desconocido en desgracia, cooperando con la llegada tardía del ejército y de los responsables de la protección civil, cabe mencionar que la burocracia también es pueblo y dentro de su capacidad hicieron lo que pudieron para ayudar con una sola limitante “la institucionalidad” que se oponía al instinto salvaje de supervivencia a cualquier precio.
A todos los ciudadanos mexicanos, a la comunidad internacional, a bomberos, indígenas, campesinos, doctores, albañiles, estudiantes, obreros, licenciados, jóvenes, pasantes, amas de casa, burócratas, a toda aquella persona que allá cooperado de manera voluntaria en cualquiera de sus formas de ayuda para hacerla sentir a otro ser humano sin condición alguna y desde el anonimato, sepan ustedes ¡que son héroes! Unidos todos podemos lograr lo que parece imposible ¡ayudar al hermano en desgracia!
Por lo tanto, a todos ustedes, solo les podemos decir con el corazón ¡GRACIAS!

         

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