Por Toño García…
Después de darse a conocer la grabación telefónica en televisión abierta de el entonces gobernador de Puebla, el priísta Mario Marín con el empresario Kamel Nacif Borge; donde el gobernador deja ver qué le mando a poner su «coscorrón» a Lydia Cacho, y a su vez el empresario como agradecimiento le va a mandar su botellita de coñac, la sociedad en sus múltiples formas de manifestar la injusticia, en el 2006 encumbró la frase con la que iniciamos está columna.
Tuvieron que pasar más de 15 años y la recomendación de la Organización de Naciones Unidas al gobierno Mexicano para pedir perdón a la periodista e iniciar los respectivos procesos judiciales en contra de la cadena de agresores a su persona.
El 10 de Enero del 2019 el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, cumplía la recomendación de la ONU y anunciaba que la Fiscalía General de la República retomaba los procesos judiciales para capturar a los responsables de la tortura de Lydia Cacho, quién sufrió la misma en un traslado desde el Estado de Quintana Roo hasta Puebla; hechos sin consecuencias legales en los sexenios de Fox Quezada, Calderón Hinojosa y Peña Nieto en contra de los agresores de la periodista.
El pecado que llevo a la tortura a Lydia Cacho fue publicar en el 2004 el libro «Los demonios del Edén» dónde denunciaba la red de complicidades para encubrir una red de pornografía infantil financiada por altos empresarios en complicidad con políticos como Joaquín Codwell, entonces gobernador de Quintana Roo, Emilio Gamboa Patrón quien fuera pieza clave en la operación de la Reforma Energética y el mismo gobernador de Puebla.
Lo anterior debe ser un llamado de alerta a autoridades y sociedad, ya que en el 2019 Naason Joaquín García pastor de la secta «la luz del mundo» fue detenido por denuncias similares, aquí, hay que recordar a Marcial Maciel líder de los legionarios de Cristo, pederasta, encubridor de sacerdotes dentro de la religión católica e iglesia mexicana.
Lo sano, lo ideal para vivir la sexualidad a plenitud entre hombres y mujeres es hablar con franqueza y de frente, acordé a la propia edad ¿Imagínese usted el daño sexual que recibe un pederasta desde su propia infancia para continuar la cadena de lujuria enferma en contra de un niño? ¿Cuántos enfermos dispuestos a agredir o ver a un niño están escondidos entre nosotros? Los hechos en estos temas deben ser un llamado de alerta para poder romper esta cadena de lujuria y perversión en contra de un niño, en dónde por desgracia, comprender el nivel de corrupción y complicidad dentro del gobierno y algunos empresarios es el cáncer que hasta la fecha impacta a toda la sociedad y siguen surgiendo las secuelas de impunidad que parecen interminables por tanta injusticia.
La sociedad debe poner de su parte y reaccionar de manera contundente para que nunca, pero nunca se vuelva a agredir a un niño o niña por este tipo de desviaciones humanas, esperando no volver a escuchar la frase en coro consecuencia directa de la ironía en la injusticia «Gober, borracho ahí viene Lydia Cacho»