A la luz de las velas, el olor fresco de miles de ramos de flores que adornan las tumbas, esta noche, cientos de familias llegan al campo santo de Calixtlahuaca para dedicar una noche a sus seres queridos, una traición que marca a quienes buscan en este sitio el dulce recuerdo de quien ya no está en este mundo para celebrar Día de Muertos.
Desde que el sol se comienza a ocultar, se ve sobre la calle como las familias llevan desde comida, bebida, velas, flores y hasta cobijas para pasar la noche en vela, que pese al frío, nada les impide estar ahí presentes, pues esta noche es de ellos, sus muertos.
“Mi hijo ya hace 13 años que se me fue, y aquí estamos toda la familia, le traemos lo que le gusta de comer, su ropa que todavía guardamos y convivimos aquí para velarlo, es una tradición ya, antes veníamos por mi mamá que también está aquí, ósea, ya son varios muertitos que venimos a ver hoy en Día de Muertos” señaló Ofelia, de Calixtlahuaca.
En los pasillos del Panteón, está noche no hay lágrimas, sino la esperanza de verlos de nuevo, acompañada de decenas de recuerdos que visten esta muy antigua tradición y que cada año une a las familias en memoria de sus difuntos.