diciembre 22, 2024

El problema (el real) es que nadie le cree al presidente

 

Alguien lo tenía que decir

Por: Nicolás Gochy

Muchas voces hablan y hablan mucho de Donald Trump y su embestida ya no solo contra México sino contra gran parte del mundo tal y como lo conocemos.

Que si el muro, que si las tropas, que si el TLC, que si esto, que si aquello.

 

Y mientras, el presidente mexicano intenta apaciguar las aguas, intenta ganar adeptos, intenta obtener el respaldo que hoy, más que en ninguna otra etapa de su administración está requiriendo, hoy, a punto estaba de lograrla y que la vuelve a regar.

 

Y es que nuestro presidente ha hecho crecer un problema, el verdadero como una bola de nieve.

El presidente ha dicho tantas mentiras que nadie le cree. Es más, incluso me atrevo a decir que ni siquiera él sabe lo que es verdad y lo que es mentira en esa maraña de medias verdades o  frases inexactas.

Muchos editores de medios y algunos periodistas mexiquenses  y ahora nacionales saben de su gusto por ocultar verdades, por matizarlas a su conveniencia, de su gusto por pagar para que se cuente su verdad, solo la suya.

Pero esa “verdad presidencial”  ya no se la traga nadie,  es más ni siquiera su círculo más cercano está seguro de que la verdad presidencial sea la que este país necesita hoy.

Y es que sus últimos errores han sido garrafales.

Cuando Enrique Peña llamo a la unidad nacional para salir en defensa de los mexicanos y contra el muro, la mayoría de los mexicanos lo respaldaron a pie juntillas, algunos más lo meditaron antes de fijar posición pero los que se opusieron a esto fueron sin duda los menos, los mucho menos.

Parecía que el presidente lo había logrado y en eso sale con su batea de babas diciendo que había tenido una plática con Donald Trump y que nadie hablaría más del muro, no en público, una vez más se regresaba a los acuerdos en lo oscurito.

Luego aseveró que el TLC seria analizado nuevamente en 90 días pues así lo habían acordado ambas partes, ahora sale Trump diciendo que a él le urge y parece no querer esperar 90 días como aseveró el gobierno mexicano que habían acordado.

El mayor escándalo fue sin duda el del envío de tropas para ayudar a combatir a los malos de la película, aullada que sonó mas a intervención militar directamente de quien fuera nuestro “socio y amigo”.

El gobierno mexicano lo negó, querían crucificar a la corresponsal que filtro la intención de la llamada, dijo que la llamada había sido como la de dos enamorados en vísperas de San Valentín, lo cierto es que no han podido desmentir usando la técnica más clara, ¿por qué si el gobierno mexicano no fue amenazado como dicen que no ocurrió,  nos regalan a los mexicanos una copia de la versión estenográfica de esa conversación telefónica? De todas las conversaciones del presidente hay versiones estenográficas.

El presidente sigue siendo tan nebuloso como desde que era mandatario estatal, sigue pensando que la única verdad valida la puede proferir él y nadie más, la prueba más clara, la imposición del candidato a la gubernatura mexiquense que ya los priistas están contemplando cobrársela y muy cara al no hacerle trabajo que les corresponde como células de atracción del voto.

Ha comenzado a recular, la postergación (porque sí va a haber) del gasolinazo para que no fuera este sábado sino dentro de 14 días más, no se dio por cuestiones técnicas, sino porque un segundo gasolinazo, estando las cosas como están, significaría ahora si una revuelta en México.  

Pero si Pitagoras no se equivoca, ya los números no le darán, los días serán insuficientes para matizar el descontento social que se hará patente en las elecciones mexiquenses.

 

Solo es cuestión de analizar, Todo comunica.

         

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