El municipio de Atlacomulco enfrenta una crisis sin precedentes tras el desbordamiento del río Lerma, un fenómeno que no se veía en la región desde 1998.
Durante la madrugada del jueves, el río volvió a salirse de su cauce, inundando comunidades y devastando más de 200 hectáreas de cultivos de maíz.
Esta es la segunda vez en menos de un mes que ocurre un evento similar, afectando de manera grave a las localidades de Manto del Río, El Manto, San Lorenzo Tlacotepec, Bombatevi, Potlá, y La Hacienda.
El desbordamiento, provocado por la descarga de agua de varias presas cercanas que habían alcanzado su máxima capacidad, ha dejado los cultivos en condiciones insalvables.
Más de 150 ejidatarios y 240 posesionarios de estas tierras reportan que el maíz, que estaba destinado a ser cosechado en septiembre, ha quedado completamente destruido.
Se estima que las pérdidas económicas por cada hectárea rondan los 16 mil pesos, lo que representa un golpe devastador para los agricultores de la región.
Rubén Guadarrama, comisariado ejidal de Manto del Río, señaló que 40 de las 75 hectáreas sembradas en su comunidad han sido arrasadas por el agua, que alcanzó alturas de hasta 1.80 metros en algunos puntos. «El agua se ha estancado en los campos durante semanas, y el mal olor de las aguas contaminadas del río Lerma ha creado un ambiente insalubre», comentó Guadarrama, quien además destacó que este problema surge de la descarga masiva de agua desde las presas de Tic-Tic, Isla de las Aves, y otras en la región.
A pesar de las recorridos preventivos realizados por la Dirección de Protección Civil y Bomberos de Atlacomulco tras el primer desbordamiento a mediados de agosto, no se han tomado medidas concretas para solucionar la situación.
