Por Toño García.
Es una realidad que el encierro consecuencia de la pandemia de coronavirus en nuestra sociedad, a denostado, que muchos padres de familia no tenemos la capacidad intelectual como profesores, desde primaria hasta la edad educativa donde nuestros niños necesitan asesoría, en materias como español, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales y otras materias, en lo que debe ser parte de su cátedra dentro de la escuela y con un profesional docente para ayudar a su formación integral educativa en este momento de no salir de casa.
En la convivencia diaria con nuestros hijos también nos percatamos de su conducta y quizá en muchos casos empezamos a comprender que la responsabilidad de educar, no solamente está ligada a la cátedra que se da en un aula escolar, haciendo obvio que su conducta depende y refleja los valores que nosotros le damos en casa a nuestros hijos. Con tristeza, y por falta de paciencia de padres, consecuencia de esta conducta, llega el estrés dentro del hogar, por la falta de actividad física de los niños y en ello el aumento de denuncias por violencia familiar, donde los indicadores judiciales empiezan a captar violencia hacia niños dentro del hogar.
La escuela no es guardería, tampoco el lugar donde se reciba disciplina militar para que el educando “se valla derechito por la vida”, y menos un lugar donde se sustituyan afectos o cariños que solo le competen a Papá y Mamá, no, no es nada de esto; si, es la consecuencia del trabajo de equipo entre profesores y padres de familia, donde hoy el profesor de nuestros hijos está ausente por razones de sanidad, y aunque este en contacto por medio de whats app o videoconferencia ¡nunca será la cátedra igual en la escuela que en casa!
Ante el posible regreso a clases una vez librada la pandemia de coronavirus en los tiempos considerados por el consejo de salubridad de México con un posible término de la misma el día 30 de mayo, el secretario de educación pública federal, Esteban Moctezuma Barragán, declaraba;
“No vamos a regresar a clases, hasta que sus hijos e hijas estén totalmente seguros, y con un criterio fundamentalmente de salud pública, por eso, la secretaria de educación pública abrirá las escuelas cuando; el consejo de salubridad general y la secretaria de salud, junto con el señor presidente de la república, nos den la instrucción y esto será cuando la epidemia ya allá pasado y estemos todos en condiciones de salir al espacio público sanos”
El posible regreso a clases ha causado revuelo entre niños y padres de familia, pues, esta expectativa va de la mano con la falsa información sin sustento científico, donde no se considera la sugerencia del consejo de salud pública, que esta a su vez en su responsabilidad de determinar los tiempos de sanidad publica, no es replicada de manera institucional por diversos gobiernos y municipios en su calidad de integrantes de una federación constitucional y por mandato del artículo 73.
Hay que escribirlo con todas sus letras;
“La escuela es el lugar sagrado donde hoy nuestros hijos quieren regresar, pues también anhelan el regreso de la vida normal, pero, no solo a recibir cátedra o comer el luch o chuchería que venden en la cooperativa, también para jugar escondidillas, avión, stop, burro tamalero, burro 16, contar chistes, alburear, corretear policías y ladrones, cebollitas entre niñas y niños, saludar al amigo, darle un beso a su novia o novio y quizá, imaginar o soñar después de leer el libro de la biblioteca con la posibilidad de un mundo mejor, no lo sé, pero a la escuela también se va a divertir, a reír, a imaginar y también a fomentar la empatía, la solidaridad, el amor por la patria y tantos anhelos que se cargan en la mochila de un niño”
Por lo pronto hay que esperar indicaciones del gobierno federal, único responsable para responder formalmente ¿Cuándo van a regresar a clases?
