Alguien lo tenía que decir
Por: Nicolás Gochy
En los próximos días en el ayuntamiento de Toluca se dará un cambio en una de las direcciones más importantes de la administración; la Dirección de Gobierno tendrá un nuevo titular para poder hacer más eficiente la gestión local.
Hasta ese punto nada extraordinario, conforme los meses pasan es de lo más normal que se vayan depurando esquemas de trabajo, sin embargo en este proceso, ha surgido el nombre de un personaje que se está candidateando para poder acceder a esta posición.
Cristóbal Coyote ha buscado ser mencionado desde hace algunos días para que la responsabilidad recaiga una vez más sobre sus hombros, luego de que en la pasada administración que también encabezó Juan Rodolfo Sánchez Gómez ocupó el cargo por un periodo de más o menos dos años.
Nada tendría de malo que el abogado quiera volver a encabezar los trabajos de una de las áreas más influyentes de la administración local, para cualquier ser humano es válido tener aspiraciones.
Pero el conflicto surge cuando, en estos años, Cristóbal Coyote ha venido desarrollándose en los litigios laborales y aceptando sobre todo aquellos que tienen que ver con las dependencias del gobierno tanto estatal como municipales y con mayor beneplácito en los asuntos que tienen que ver con Toluca.
Esto lo coloca sin duda en un claro conflicto de intereses, pues al acceder a una posición dentro de la administración local, y sobre todo la de director de gobierno, será evidente que la tentación para inclinar la balanza hacia el lado de sus defendidos será muy alta.
Si Juan Rodolfo Sánchez Gómez no toma en cuenta este tipo de riesgos y se decanta por el abogado laborista bien podría colocar a la administración en un claro conflicto que hoy no tiene y que mucho menos necesita.
Además, la figura de Cristóbal Coyote podría fácilmente colocarse en entredicho pues a lo largo de estos años también ha fortalecido su amistad personal con la lideresa de comerciantes ambulantes Esmeralda de Luna, una mujer que tiene un gris historial y que tampoco necesita Juan Rodolfo.
Es más, cuenta el anecdotario, que hace algunos años, entre chacota y broma al acudir Cristóbal Coyote a uno de los bares de Toluca amenazó a la dueña de que tendría que darle descuentos más allá de los normales en sus consumos pues, a pesar de no tener ningún encargo oficial en la municipalidad él podría “cerrar el negocio con la mano en la cintura”… imagínese usted si llegara a la dirección de gobierno.