diciembre 22, 2024

Cuando la mentira se usa para cumplir la ley El Aquelarre

 

El Gordo Henry

El cinismo institucional es inverosímil. Va más allá de de toda dimensión lógica para caer en el ridículo con lo sucedido en Oaxaca, que los policías federales llevaban nada más toletes y escudos antimotines es una falacia exacerbada fuera de toda proporción.

 

 A través de las redes sociales, cientos de ciudadanos documentaron la cantidad de envases de gases lacrimógenos, cartuchos usados y hasta granadas usadas por los policías para repeler la agresión de los maestros de la CNTE.

 Es injusto, triste y desesperanzador que el aparato estatal utilice armas de fuego en contra de la población casi de manera indiscriminada. Delinquen escudados en la impunidad del fuero sólo justificándose en la afectación a las vías de comunicación y la alteración del orden público. Es la imposición de una voluntad que no es la de las mayorías. 

 Tal es el tamaño de la mentira que no es posible ocultarla. Medios internacionales como las agencias AP y la china Xinhua, incluso – y muy contrario a sus usanzas – publicaron los metadatos (información sobre las condiciones en que se tomó la imagen, pero sobre todo la fecha)  de las fotografías en las que se aprecia a los policías empuñando armas, apuntándolas, cortando cartucho, esto sólo para desmentir el ilógico discurso de la Comisión Nacional de Seguridad.

 Oaxaca, otra vez se convirtió en una zona de guerra y combate civil, tal como pasó en 2006 con la ofensiva en contra de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), camiones incendiados, ciudadanos enfrentando ciudadanos. Lo más lamentable es el silencio de quienes detentan el poder.

 Pero eso sí, el discurso no cambia. Se justifica el uso de armas, o de plano se niega y debajo de todo está de por medio la educación, las inconformidades que ha causado una reforma impulsada por un presidente que cada día se ve más desgastado y cuya imagen inspira absolutamente nada.

 

 Y el secretario de educación diciendo que «son momentos de cambio, que requieren tolerancia» y sobre todo en Oaxaca donde es necesario «que todos pongan de su parte»… Vaya y, además dice que hay diálogo, que las instituciones están abiertos al consenso. Ahora las armas son capaces de articular un lenguaje, porque dicen la ley debe cumplirse. A como dé lugar.

         

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