Por: MVertti
“Un libro no existe si no se lee”, así lo declara el artista Alejandro Villalvazo de la Torre, quien desde hace diecisiete años se especializa, además del grabado y la pintura, en la creación de libros de artista. El Doctor en Artes Plásticas por la ENAP-UNAM, analiza a fondo la producción de este tipo de obras de Arte a las que él considera como “una disciplina independiente a las demás”, misma que se apoya de otras ramas del Arte como la pintura, la escultura, el grabado, el performance, etcétera, para poder comunicar, expresar y compartir con otros, lo que se piensa, se siente o se experimenta de un tema determinado.
“Mikizamoxtli” o “libro de la muerte” (Mikiztli: muerte, amoxtli: libro), se considera su primer obra dentro de la disciplina del libro de artista. Se trata de un homenaje al pronto deceso de su hermano, donde a través de imágenes, símbolos y grabados se habla a cerca de hacia dónde van los muertos según la cosmogonía mexica, en este libro, Alejandro logra captar el dolor de la pérdida en papel. A partir de este trabajo, Villalvazo ha creado libros de diversos formatos y materiales, pero a diferencia del primero, ahora trabaja el tema de la ciudad, porque para este artista, lo más interesante de una ciudad es cómo se percibe a través de la huella y testimonio que cada persona deja en ella, ¿cómo está diseñada?, ¿a qué huele?, ¿cuáles son sus sonidos? pero sobre todo, ¿cuáles son sus sabores? y es que ¿cómo se podría representar un olor, un sabor, una calle, una experiencia y una ciudad entera en un sólo espacio? Alejandro responde: en un libro, pero no en uno común, sino en un libro de artista. Así, las ciudades como Toluca, Distrito Federal, Tokio, Veracuz, Berlín y Tijuana, se han convertido en espacios perfectos de los libros de éste artista.
Como experto en el tema, Villalvazo explica que los libros de artista a diferencia de los de autor, se distinguen por su estética, forma, color, formato, tamaño, contenido, material con que están hechos y son libros que se pueden leer de la misma manera en que leemos todo lo que vemos: con la mente abierta y con disposición para percibir y poder entrar en un mundo que lejos de ser ajeno, se vuelve propio, ya que en palabras de él: “Existe una parte sensible en cada uno de nosotros que le da valor a un libro, los usuarios que no conocen este tipo de Arte, o de lo que se trata, deben prepararse y tratar de profundizar en lo que no conocen” de esta manera, todo libro de artista tiene una lectura particular, para la cuál, sólo se necesita aprender a apreciar el disfrute visual que nos causan éstas obras.
Como investigador independiente, Alejandro ha hecho una clasificación de ésta disciplina, dependiendo del tiempo, espacio y su material, los clasifica en: libro de artista, libro-objeto, libro híbrido, libro electrónico, libro acción y libro sonoro, tomando en cuenta a otros expertos como José Emilio Antón, para quien existen cuarenta tipos de libro. Finalmente, como coleccionista, Villalvazo tiene en su taller, el Centro de experimentación Chahuixtle, un acervo de libros expuestos al público, que a través de una cita previa, puede mostrar al público en general.
