Este jueves, un grupo de 60 policías estatasles llegaron hasta las puertas del palacio de gobierno de la capital mexiquense para denunciar las precarias condiciones con las cuales el gobierno mexiquense les exige que hagan frente a la delincuencia.
Protegidos en ocasiones solo con un arma corta abastecida con cuatro cartuchos útiles, los uniformados denunciaron que la masacre donde varios de sus compañeros fueron abatidos en días pasados en el sur del estado fue producto de las malas decisiones de sus comandantes.
Y es que denunciaron también que llevan por lo menos tres semanas solicitando de manera oficial que les otorguen parque para sus armas de cargo y narraron que el día de la masacre, solo contaban con una pistola con cuatro cartuchos y un arma larga con 20 balas, nada más.
Además alertaron que la mayoría de las patrullas en la zona sur de la entidad están paradas en los patios de la corporación pues no cuentan con gasolina para llevar a cabo los rondines o para apoyar en casos de emergencia.
“Nosotros somos policías de carrera, amamos a la policía pero como se dice, ya estamos hasta la madre, los que se tenían que haber muerto eran los mandos, no nuestros compañeros”.
Denunciaron que ellos son policías destacamentados en Toluca pero hace cuatro meses los comisionaron a labores de vigilancia en el sur mexiquense y justo ahora, cuando cumplían su tiempo de encomienda, los están mandando cuatro meses más a la zona del valle de México.