Alguien lo tenía que decir
Por: Nicolás Gochy
El gobernador del estado de México está perdiendo la batalla por la nominación a la candidatura presidencial que desde hace muchos años ha estado labrando y en donde ha invertido cualquier cantidad de recursos públicos para fortalecer su imagen en el ánimo del gran elector que definirá la nominación para “La Grande”.
Avila Villegas ha llegado incluso a generar risa y burla entre sus colaboradores cuando en cualquier evento en el que está presente saca su telefonito para hacer sus ya conocidos enlaces en vivo y convertirse en presentador de reallitys donde el protagonista es sin duda el mismo.
El mandatario ha hecho todo lo posible porque su imagen se vea en todos lados, desde aparecer en todos los programas de revista en donde le acepten el pago con recursos públicos, hasta subirse a arenas donde nada tiene que hacer como la campaña que pretendió hacer para que no ganara Donald Trump
Incluso ha utilizado a un actor en sus spots televisivos que muestra a un Eruviel rejuvenecido, en fin, ha hecho de todo para torcer la ley y seguir apareciendo en todos, lados, así que no sorprenda que en breve, aparezca junto al Tigre Toño de las Zucaritas para el desayuno de los mexiquenses.
Lo único que no ha hecho, que se le olvido, que no contempló el elaborado plan de posicionamiento del mandatario fue lo más simple, se le olvido gobernar.
La derrota la generó él mismo, dejo crecer un demonio que nadie quería que creciera, que era bueno cuando estaba contenido, que era aceptable cuando no tocaba a la mayoría de los mexiquenses, incluso hasta se perdonaba cuando era cosa de una semana si y dos no.
Hoy Eruviel Avila Villegas ha generado un sentimiento de odio, de impotencia, de hartazgo de los mexiquense que podrían acudir a las boletas el próximo año evidenciando lo que “Eru y sus cuates” no quieren ver, que los mexiquenses estamos ya hasta la madre de que no estén matando como moscas.
Hoy los medios nos hemos teñido de rojo, ya no es posible hacer como que no pasa nada, lo bueno, eso que dicen que cuenta mucho, no da para cubrir los litros y litros de sangre que se han derramado en los últimos meses.
Y en el estado de México las cosas sin duda están mucho peor que en otros lados.
Seguramente Eruviel y José Manzur podrán seguir diciendo que las mediciones son tendenciosas; que los porcentajes de muertes violentas son mucho menores de lo que dicen las estadísticas, que la sociedad está alarmada en vano, que todo es un manejo de alguien que quiere hacerlos quedar mal.
Que se lo digan a la familia del empresario transportista que este jueves fue asesinado junto con su hijo en una de las colonias de la capital mexiquense; que se lo digan a la familia del actor Renato López y su publirrelacionista; que se lo digan a la familia de la mujer que asesinaron y arrojaron en Zinacantepec por robarle la camioneta que quería vender para mejorar la vida de su familia y cuyo menor hijo solo quiere crecer para “matar a los que mataron a su madre”.
Eruviel la tuvo, era suya y la perdió. Quedo claro que como vidriero era bueno, como político falló.
