Por: Nicolás Gochy
Como cada martes, cientos de personas iniciaron desde temprana hora la unifilar que les permitiría entrar a un espacio donde algunos ofertantes de empleo se han dado cita para que, con el auspicio del ayuntamiento local, se puedan ofrecer empleos a cientos de toluqueños que lo requieren.
La fila a veces la integran 150, a veces 200 y la mayoría de las veces, más de 500 personas que buscan afanosamente una posibilidad de emplearse y recibir a cambio un salario digno.
“Esta es la segunda vez que vengo, refiere Omar, un joven egresado de una licenciatura en una universidad privada de la ciudad de Toluca, pero hasta el momento no he encontrado nada que me convenga”.
Y es que no es para menos, a pesar del esfuerzo gubernamental, la realidad es que la oferta de empleo es muy escasa, hay trabajo, sí, pero de guardia de seguridad, de ventas por cambaceo o bien sin un sueldo fijo, algo que está muy lejos de las expectativas de un recién egresado de cualquier carrera universitaria.
Los sueldos ofertados tampoco no son muy halagüeños pues van desde 700 pesos a la semana a dos mil 500 pesos a la quincena algo que difícilmente alcanza para que una pequeña familia pueda vivir decorosamente.
Una vez más, la suerte no llegó, el trabajo tampoco y Omar regresará a su casa para tal vez, y solo tal vez, volver a pensar en regresar a los martes de empleo que organiza el Municipio Educador.
