Atlacomulco
Con el cierre de la carretera panamericana a la altura de la salida para Acambay, ciudadanos de la comunidad de San Luis Boro, exigen que cesen las agresiones y amenazas en su contra por impedir que el Ayuntamiento de Atlacomulco deposite la basura en los tiradores que hasta hace menos de un año fueron clausurados por la PROPAEM, considerando qué hay de por medio una orden judicial por daños al medio ambiente y falta de permisos.
Cerca de las 10 de la mañana, vecinos de esta comunidad salieron a bloquear ambos sentidos de esta carretera con pancartas, exigiendo que se habrá el diálogo, pues desde el miércoles pasado camiones ingresaron de nuevo al tiradero custodiados por patrullas.
“Nos dimos cuenta, una vez que los perros volvieron a acercarse, ya habíamos montado guardias para impedir que se siguiera contaminando, y el pasado miércoles comenzaron a llegar camiones y hasta ayer todavía estaban ingresando basura y la querían esconder porque empezaron a escavar pensado que no nos daríamos cuenta; ahora, pedimos hablar con la presidenta, Marisol Arias, y es la fecha y no hay respuesta” señaló una de las manifestantes.
En el lugar, vecinos intentaron impedir el paso de los camiones recolectores, alegando la orden judicial y de clausura que aún está en proceso de dictamen y evitó que se siguiera llevando basura hasta ese punto. Estás personas cavaron una zanja para impedir el paso de los camiones y de inmediato fueron emboscados por un fuerte dispositivo de seguridad.
“Cómo si fuéramos delincuentes, más de 15 patrullas llegaron ahí y el comandante, que no recuerdo su nombre, llegó muy altanero y prepotente e intentaron intimidar a la gente a algunos los amenazaron. Pero es evidente que se está violando la orden judicial y aunque no hay avances, no pueden meter la basura de nuevo ahí” dijo
Con el corte a la circulación de este tramo, estás personas exigen ser escuchadas, pues durante años han sufrido los estragos de la contaminación a cielo abierto, filtraciones en los mantos acuíferos e incluso este basurero alberga fosas de animales muertos, los cuales son devorados por jaurías. Señalan que los riesgos y gravedad del asunto no ha sido atendido con la seriedad que compete.
