Por Antonio García
En días pasados “AMLO no descarto la posibilidad de ofrecer amnistía a líderes de carteles con tal de terminar la violencia en este país”.
Un tema muy sensible para la sociedad mexicana debido a las secuelas de terror, miedo, odio, violencia e inseguridad que ha generado esta actividad en el país y los daños colaterales, que no es más que la perdida de inocentes, de personas que casualmente pasaban sin querer en medio de una balacera u enfrentamiento.
Reconocer que las drogas socialmente aceptables y libres para su comercialización pagando su respectivo impuesto como lo es el cigarro, el alcohol, el café, hoy día nos han traído un grave problema de salud pública que va más allá de su consumo; sus efectos en enfermedades crónicas y psicosomáticas ya impactan en gran parte de nuestra sociedad sin importar condición social. La vida propia y los daños colaterales generados por una persona intoxicada de alcohol al volante son la causa número uno de muerte por consumir una sustancia ajena a la naturaleza del cuerpo.
Sin duda alguna el mayor consumidor de droga en el mundo son los Estados Unidos de América, por el tamaño de su población y por las secuelas del capitalismo en las personas. Este país vivió algo similar con el narcotráfico, en ese entonces por el tráfico ilegal de alcohol, en 1920 se prohibía el consumo de alcohol con la llamada “ley seca” y que para 1932 se convertiría esta ley en plataforma electoral del partido demócrata; Franklin Roosevelt dejo ver en su campaña a la presidencia de este país “que el financiamiento generado por esta actividad ilícita podría convertirse en un detonante de la economía”. Así trece años después el 5 de diciembre de 1933 esta ley seria derogada y con esto se terminaba el comercio ilícito del alcohol y gran parte de sus secuelas de violencia.
En México vivimos ya la guerra contra el narcotráfico desatada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, en una guerra que destapo el nivel de infiltración por el narcotráfico en las instituciones de procuración de justicia y del poco compromiso del país vecino por ayudar a nuestro pueblo para intentar frenar esta actividad y no conformes con la falta de cooperación, la CIA sabia de la venta de armas en nuestro país de parte de sus traficantes.
El control del comercio y ruta de la droga para trasladarla a E. U. A. dejo como resultado mas de 90,000 muertos, esto, sin contar los accidentes automovilísticos por conductores borrachos y por muertes de enfermedades crónicas causadas por el consumo de cigarro y café.
Por un lado, tenemos la experiencia del país vecino que comprendió que prohibir no es garantía de una sociedad sana, por otro lado, nuestro país ya vivió las consecuencias del enfrentamiento frontal que parece solo a servido para tener más corrupción y niveles mas sofisticados para realizar esta actividad.
Sin animo poner en un mismo piso alguna perdida y con el respeto que merecen afectados directos e indirectos creo que es hora de reflexionar como abordar el tema pues violencia da más violencia, cabe entonces preguntar ¿amnistía al narcotráfico?
