marzo 18, 2024

América Latina vira a la izquierda; ¿Cuáles son las causas y las consecuencias? Gobernar sin oposición, la estrategia del miedo

América Latina vira a la izquierda; ¿Cuáles son las causas y las consecuencias? Gobernar sin oposición, la estrategia del miedo

Por: José Óscar Valdés Ramírez

Desde el año 1999, con el ascenso de Hugo Chávez al poder político en Venezuela, se dio entrada a una ideología de izquierda liderada por el gobierno cubano del extinto Fidel Castro. Venezuela fue el laboratorio, de ahí permeó a los gobiernos de Lagos y Bachelet en Chile.
Hoy otra vez las propuestas y revueltas se dan para que renuncien el Presidente de Derecha Sebastián Piñera Echenique, la Izquierda de Vázquez en Uruguay, el regreso de Lula da Silva en Brasil, de Correa en Ecuador y el -del hoy exiliado- Evo Morales en Bolivia.
Colocando a los gobiernos argentinos de Kirchner y Fernández en una posición de regreso al poder con el Peronismo, así como en Nicaragua con Daniel Ortega y con el cambio de poder el 14 de enero en Guatemala.
Así las cosas, la ideología romántica de la izquierda socialista y populista.
En México se logró derrotar a un sistema que duro más de 70 años, para la cultura política la alternancia del PAN y del PRI no fue otra cosa que una simulación, cambiaron los actores dejando los mismos vicios, tanta es la decepción y el rencor de la población que a casi un año de gobierno volverían a votar por Andrés Manuel López Obrador.
El voto del hartazgo, el discurso contra la corrupción permeó, no ha variado, es rentable y sigue siendo rentable, el combate a la corrupción y a la impunidad. Pero la lógica es: ¿Por qué si la gente no ve crecimiento económico y sigue la inseguridad, seguir respaldando a AMLO? La repuesta: ¡Por el rencor!
Porque más de 70 años no hicieron nada por los más pobres, los ricos fueron y son las mismas familias revolucionarias que hoy siguen detentando el poder económico… Siguen intocables.
El pueblo sigue pidiendo sangre sin importarles que sean sacrificados, bajo la premisa del odio y del rencor, del grito de «me vale que no gane nada, prefiero perderlo todo pero que nadie gane».
Cada día veo más polarizada a la sociedad, veo que las instituciones se han agotado, en la mesa del debate está solo el poder por el poder.
La lucha fratricida entre los grupos, Morena es un ejemplo de esa lucha política y, en menos escala, las Redes Sociales Progresistas. La disputa por el poder sin importar nada ni nadie, sólo detentar el poder.
La designación de la presidencia de los Derechos Humanos no se debe a MORENA, se debe a la comparsa del PRI que se vendió y jugó. El PRI sigue votando todo de la mano de MORENA en ambas Cámaras, no saben ser oposición son comparsa esperando que, a cambio, no los investiguen -pobres ilusos, no entienden-, ningún partido de izquierda a dejado títere con cabeza.
El legado de su exjefe, el frívolo Enrique Peña Nieto está muerto, así como lo estarán ellos, en lugar de ser oposición pretenden salvarse, dándole una vez más la espalda al pueblo, están condenados a desaparecer, verbigracia Alejandro «Alito» Moreno, presidente del PRI, que por designarse como «AMLITO» pensó que nunca lo tocaría el brazo de la ley y ahora, está en silencio, sin decir nada; es el ejemplo, a diferencia del PRI y del PAN la izquierda no perdona -unos viajes por América Latina no les caerían mal para aprender historia-.
El PRIMOR, habrá que ver a cambio de qué cedió, es claro que a favor de México y del pueblo no. Las leyes que se cocinan en el Congreso de la Unión son terribles, anticonstitucionales en contra del pueblo y nadie hace nada por evitarlo, todos tienen miedo, nadie quiere levantar la voz. Conspiran en el silencio de los cafés pero no convocan a un pacto de la Moncloa, el sistema está agotado.
Reza un proverbio musulmán: «Si haces lo mismo con los mismo, el resultado es lo mismo».
Hace días declaró el embajador de Estados Unidos en México que existen entidades con narcogobiernos -nada nuevo-, lo dije abiertamente en la gira que realicé por el interior del país, de frente a los gobernadores. Es la hora de tomar la bandera de la sociedad para pedir un nuevo pacto federal.
A 102 años de nuestra Constitución necesitamos un pacto federal con instituciones autónomas que no permitan gobiernos sin contrapesos, no más gobiernos de un solo hombre.
Ya vimos en qué resultó, desde José López Portillo hasta Enrique Peña Nieto, el culto a la personalidad no sirve, sabemos los resultados, necesitamos pactar de nuevo, todos y todas. Lo más importante, ver dónde estamos y hacia dónde vamos, esa debe ser la agenda nacional un nuevo pacto federal. Nuestra Constitución está agotada y nadie está haciendo nada, si ven a la Iglesia católica avísenles que hay católicos y que están en el error del silencio.
El precedente del silencio ya pasó en el poema «Primero vinieron…», escrito por el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984).
«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada
porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada
porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada
porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada
porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, pero, para entonces, ya no quedaba
nadie que dijera nada».

Es cuanto, depende de nosotros.

         

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