abril 25, 2024

AMADEO EL MAGNÍFICO

AMADEO EL MAGNÍFICO

INTRODUCCIÓN

Una luz más, es una breve historia basada en hechos reales. Los acontecimientos narrados son solo una prueba de la capacidad de la mente, dedicación y también la estupidez como tal de un ser humano.

A través de las palabras y los ojos del personaje: Amadeo; la narración procura ofrecer una reflexión lo más apegada posible a nuestra realidad.

I

 

“Limitaciones, son aquellas que hacen posible el pecado”

José Carmona.

“¿Puedes ver cómo parpadean aquellas pequeñas luces en este nuestro cielo? Tan sublime, majestuoso e infinito.”

Este era el cuestionamiento más inmenso, o quizá el más diminuto que proyectaba en la vida, o mejor dicho en la mente de aquel desventurado que respondía al nombre de: Amadeo, un nombre de origen Latín, que significa “El que ama a Dios”, cosa que éste siempre bromeaba con sus amigos debido a que sus padres son muy “religiosos”, hasta el día de hoy, su talud hacia el cristianismo perdura.

Borlas en toda la vestimenta, chaleco de mezclilla, vaqueros rotos y sus botas “Dr. Martens”; sin duda era considerado el más glamuroso y magnífico del lugar, todo lo que él hacía de alguna manera brillaba o causaba una sensación de brillo. O al menos esto es lo que sucedía en la mente de Amadeo…

Ciertamente Amadeo no poseía nada de eso, él solo era una persona simple que vivía su vida buscando y divulgando información por todo aquel lugar que recorría. A él le parecía fascinante el simple hecho de caminar con un cigarrillo puesto en dedos mientras contemplaba cómo el sol desaparecía lentamente.

Aquel desdichado, provenía de una familia humilde y trabajadora con muy pocos recursos económicos, todo era perfecto a pesar de la falta de bienes, su amor dirigido a su familia era tal, que no le importaba la realidad en la que pasaba su día a día.

A pesar de que su padre era propenso a tomar bebidas embriagantes y maldecir eternamente todo lo que rodeaba su vida, a Amadeo nunca le gustó la idea de seguir aquellas actitudes, ni siquiera por diversión. Pero, en el fondo sabía irrevocablemente que amaba a su padre sin condición alguna.

Su madre, la más santa de todas -según él-, era trabajadora, siempre muy cortés a la vida en su totalidad, él la llamaba su “Diosa” en son de broma, ya que aquella mujer decía que no era correcto lo que comentaba acerca de ella, discutían entre ellos de manera constante sobre religión, a él le parecía un poco gracioso hablar sobre Lucifer, Baphomet, Satanás, Belcebú, Astaroth, entre otros, frente a ella ya que enseguida lo regañaba y comenzaba a hablar de Jesús de Nazaret y su religión en general. Lo cierto era que Amadeo no creía en Dios pero tampoco en Satanás, le parecía algo absurdo.

Tenía tres hermanos, uno mayor que él y los otros dos eran de muy corta edad, llevaba una buena relación con todos, y eran pocos los minúsculos pleitos entre hermanos. La vida, específicamente su vida, no era tan miserable como la de los demás, bueno o malo, éste vago pensamiento era uno de los pocos consuelos en su existencia. El único problema era su infinita impaciencia que lo llevaba a abandonar cada una de las metas de su vida.

Repleto de metas y sueños en su mente y absolutamente todos con un próspero futuro; el más grande era su fascinación hacia el Arte. Amadeo veía sus pinturas en la cumbre de lo imposible, el mayor logro sería llegar a ser el artista más reconocido en este mundo.

Su visión del Arte era relativa, con ideas pequeñas pero muy detalladas, a grandes rasgos, podía utilizar un pequeño fragmento de yeso quebrantado de su habitación y en papel crear los más grandes, pintorescos e incomparables dibujos psicodélicos,  a pesar de usar solamente dos colores, las pinturas de Amadeo brillaban con la intensidad de un arco iris repleto de magia. Pero, él no podía seguir utilizando el yeso que sostenía su vivienda, Fue así como se hizo a la idea de comenzar a comprar un material más decente para seguir haciendo lo que más amaba en su vida.

Es claro que no todo en el mundo es gratis o siquiera sencillo, su madre se encargaba de la mayoría de gastos en la casa, ella no podía comprar dichos instrumentos, porque no estaban a su disposición económica, Amadeo sabía que lo único que podía hacer era comenzar a trabajar y obtener su propio dinero.

Hubo bastantes inconvenientes y dificultades provenientes de esta idea, pero era tan inmenso el deseo, que se vio obligado a abandonar la escuela por completo, lo que trajo problemas con su madre, ya que, lo último que quería ver, era a su hijo abandonar sus estudios, que tanto tiempo siguió y prometió culminar.

Para su madre no hubo más que aceptar la decisión de Amadeo, con la única condición de responsabilizarse en dicho empleo al máximo, ella siempre confió en que lograría todos sus sueños, pero él, muy en el fondo tuvo duda en sí mismo por un instante, dicho pensamiento fue el error más grande que pudo haberse imaginado.

 

 

José Manuel Carmona Palmas. Dibujo: José Manuel Carmona Palmas, con la colaboración de César Antonio Martínez de Sena.

         

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